La imagen de Ecuador es ahora mismo la de 20 mil militares ayudando a la policía a buscar a los delincuentes en sus escondites. Son los Primeros días del estado de excepción y parece que el ejército no encuentra dificultades para restaurar el orden en las calles, entre aplausos de muchos ecuatorianos.
Esos delincuentes son para el gobierno terroristas. Han muerto varios y más de 300 han sido detenidos. Pero entre ellos no está Fito, uno de los líderes más peligrosos, las 20 bandas siguen controlando el interior de muchas cárceles y mantienen secuestrados a 180 funcionarios. De momento, el presidente Noboa no cederá a las exigencias para ponerlos en libertad. Algunas bandas piden al ejército que no participen en las redadas y los ecuatorianos despiertan a la realidad de un país que está en guerra con el crimen organizado y que necesita los puertos del país para enviar al mundo la droga de los carteles mexicanos

