El techo de la discoteca Jet Set, en la capital de la República Dominicana, Santo Domingo, se desplomó a la una de la pasada madrugada (hora local) mientras tenía lugar un concierto del cantante de merengue Rubby Pérez.
El colapso ha provocado una auténtica tragedia que ha conmocionado al país: ya son 98 los fallecidos y 155 los heridos trasladados a centros hospitalarios, mientras que sigue la búsqueda de supervivientes bajo los escombros. Una búsqueda que, en palabras del director del Centro de Operaciones de Emergencia (COE), Juan Manuel Méndez, será "24 sobre 7" mientras haya desaparecidos.
En este momento, más de 300 personas participan en las tareas de búsqueda, entre unidades del COE, de la Policía Nacional, del Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad 9-1-1, Bomberos, Defensa Civil y del Ministerio de Defensa, entre otros.
Mientras tanto, las familias de personas que estaban en la discoteca en el momento del derrumbe siguen la búsqueda desde el lugar del suceso, esperando informaciones de sus parientes, cada vez con mayor nerviosismo y desesperación. Otros se encuentran a las puertas de los distintos centros sanitarios, públicos y privados, adonde se han traslado los heridos y también los hay ante el Instituto de Patología Forense.
El presidente dominicano, Luis Abinader, ha decretado tres días de duelo oficial –8, 9 y 10 de abril–, en los que las banderas ondearán a media asta en los recintos militares y edificios públicos de todo el país. Abinader y muchos miembros del Gobierno e instituciones oficiales han acudido desde primeras horas al lugar del siniestro y allí seguían algunas de las autoridades, pese a que ya estaba entrada la noche.
El mandatario ha lamentado esta "tragedia", que desde el Gobierno se sigue "minuto a minuto" y ha explicado que "todos los organismos de socorro han brindado la asistencia necesaria y están trabajando incansablemente en las labores de rescate". Además, ha expresado su "fe en Dios" para poder localizar a más supervivientes entre los escombros.