Menú

Israel firma con Egipto el mayor acuerdo económico de su historia: cerca de 30.000 millones en gas

Los dos países tienen relaciones diplomáticas desde 1979, pero hasta el momento han tenido pocos intercambios económicos.

Los dos países tienen relaciones diplomáticas desde 1979, pero hasta el momento han tenido pocos intercambios económicos.
Una de la plataformas gasistas cercanas a la costa de Israel. | C.Jordá

En un momento en el que la situación geoestratégica de Oriente Medio es, como siempre, más que complicada, pero también en el que hay una posibilidad real, difícil pero real, de cambios que marquen la región por décadas, Egipto e Israel han llegado a un acuerdo energético que tiene un significado mucho más allá de lo económico.

Y eso a pesar de que las cantidades son muy importantes: Benjamin Netanyahu, que presentó el acuerdo en una comparecencia pública este miércoles, cifraba el valor del acuerdo en 112.000 millones de shekels, unos 29.500 millones de euros.

Se trata de un acuerdo en el que está involucrada la empresa estadounidense Chevron, pero el suministro del gas es responsabilidad de las compañías israelíes que están explotando, y sobre todo van a explotar en un futuro cercano, las cuantiosas reservas gasísticas que se han descubierto en el mar Mediterráneo, cerca de sus costas, de hecho, tan cerca que alguna de las plataformas de extracción se puede ver desde tierra.

En su anuncio Netanyahu ha asegurado que el acuerdo, también el mayor de la historia de Israel en el sector energético, se ha aprobado "después de garantizar nuestros intereses de seguridad y otros intereses vitales" del país. Según el primer ministro ha explicado, el conjunto del acuerdo significará que las arcas públicas israelíes recibirán cerca de 15.300 millones de euros en pagos que empezarán por ser más reducidos, mientras las empresas implicadas realizan las inversiones necesarias en infraestructuras, y que más tarde llegarán a los 1.580 millones de euros al año.

¿Un nuevo acuerdo de Abraham?

Pero aunque el aspecto económico del acuerdo sea importante y las sumas que se están manejando resulten notables, quizá todavía resulta más interesante su aspecto geoestratégico.

Y es que aunque Egipto fue el primer país que llegó a un acuerdo de paz en 1979 –los famosos acuerdos de Camp David que alcanzaron Anwar el-Sadat y el primer ministro israelí Menachem Begin– lo cierto es que eso no había llegado a un establecimiento pleno de relaciones como sí ha ocurrido con los países árabes que han participado en los llamados Acuerdos de Abraham, que empezaron a firmarse a finales de 2020.

Así, por ejemplo, empresas y turistas israelíes han llegado a países como los Emiratos Árabes Unidos –uno de los primeros firmantes– y viceversa, pero eso no ha ocurrido todavía con Egipto, un país que hasta ahora limitaba sus relaciones con Israel al terreno de la política y la diplomacia y, eso sí, también al de la seguridad, en lo que llevan años de intensa colaboración, más o menos discreta, ante amenazas comunes: el terrorismo islamista o la amenaza iraní, por ejemplo.

El nuevo acuerdo, que es a largo plazo y, además, en un terreno estratégico como la energía, puede abrir una nueva época de cooperación entre ambos países que podría extenderse a otros campos.

Y, sobre todo, el contrato supone un respaldo para Israel en un momento complicado: aunque la fase más intensa de la guerra en Gaza ya pueda haber terminado, el trayecto que queda hasta la paz es como mínimo complicado y la apuesta de Egipto por el gas israelí sólo puede leerse como una apuesta por la normalización absoluta de las relaciones… como si el llamado "conflicto israelí–palestino" pasase a un segundo plano.

Temas

En Internacional

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal