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Pero, ¿habría suficiente oro?

El patrón oro no es un buen ejemplo de patrón monetario rígido, pero, aun en el caso de que lo fuera, el sistema económico podría seguir funcionando perfectamente.

Herbert dijo el día 26 de Junio de 2011 a las 18:30:

berdonio:

No confunda usted la remuneración por renunciar al consumo presente (el interés), perfectamente legítimo, con la revalorización del bien acumulado (la plusvalía). Este último no es menos legítimo, por supuesto, al menos cuando no hablamos de dinero, sino de otros bienes.

Lo que digo es que no es bueno que el dinero se revalorice ni se devalúe. No he hablado del interés que, naturalmente, debe pagarse a quien lo presta.

El dinero, para ser buen dinero, tiene que tener un valor lo más estable posible con respecto al resto de los bienes. No se olvide que sirve para intercambiar bienes, como reserva de valor, y como medida del valor de las cosas. ¿Aceptaría usted un metro que se encoge y se estira caprichosamente? Pues un dinero que lo hace, es tan malo como un metro como ese.

Lo que digo es que, al margen del interés, el oro tiende a revalorizarse brutalmente cuando aumenta su demanda y devaluarse disparatadamente cuando se reduce, lo cual lo convierte en una interesante opción para invertir, pero sus bondades como dinero son más que discutibles.

berdonio dijo el día 26 de Junio de 2011 a las 16:56:

Herbert:

Renunciar al consumo presente en beneficio de otros debe ser recompensado. Dice usted que eso supone pagar un tributo invisible; no señor, es el justo rendimiento de una financiación implícita. Por lo mismo, nada reprobable hay en acaparar medios de intercambio (rehusar por un tiempo a cobrarse las deudas) puesto que la consecuencia evidente es la deflación, es decir, enriquecer a los demás, que podrán adquirir más baratos aquellos bienes y servicios a los que renuncia el acumulador.

Creo que no entiende la teoría del valor correcta. Ni el trabajo ni los bienes tienen un valor intrínseco inalterable en todo tiempo y lugar. Además, no tendría ningún sentido renunciar al consumo durante diez años para acabar consumiendo lo mismo. En economía hay un axioma fundamental: en igualdad de condiciones preferimos el consumo presente al futuro; los humanos somos así de raros. Otras civilizaciones, no sé.

Dice usted que en una “burbuja” el activo se revaloriza sin necesidad alguna de asumir riesgos y que luego la gente acaba tirándose de los pelos, cuando no tirándose por las ventanas. Aclárese, por favor ¿No será que los riesgos son inadvertidos y no inexistentes?

Básicamente, una burbuja se produce cuando algo gana valor de cambio por artificio; como bienes y servicios se intercambian por dinero, para revalorizar los primeros a capricho basta con crear dinero de la nada, pero para revalorizar el propio dinero es preciso aumentar la oferta de bienes y servicios, y estos, lamentablemente, no se pueden crear por arte de magia. En otras palabras, es muy fácil estampar un sello del gobierno sobre un papelito y decir que vale por una paella, pero es más complicado convencer a alguien de que comiéndose el papel se ha zampado una paella.

Si el oro es dinero, resulta imposible que su valor de cambio aumente sin incrementar la oferta de bienes y servicios reales. Análogamente, para aumentar el valor de cambio de cualquier bien o servicio de manera objetiva habría que acrecentar la oferta del resto de bienes y servicios incluido el bien comodín, el oro (al menos la oferta de alguno de ellos); como nada de esto se puede falsificar, las burbujas serían inocuas, es decir, los errores de apreciación serían particulares y limitados, y de más difícil aparición.

En resumen, no es preciso devaluar la moneda para evitar su atesoramiento especulativo, puesto que existen mecanismos de realimentación negativa naturales: los avaros, en realidad, enriquecen sin saberlo a sus semejantes. El problema de las burbujas convencionales es que convierten en ficticia moneda de cambio lo que no puede ser, por lo que degeneran en círculo vicioso que termina en el desastre, claro; además del problema de su generación inducida por los bancos centrales.

El oro, lejos de complicar la ecuación, la niega: los seres humanos no somos autómatas sometidos a ecuaciones lineales. Lo que me lleva a responder a Simonp:

¿Qué modelos matemáticos se aplican a sistemas complejos o caóticos? Los métodos de las ciencias naturales son por principio inaplicables a la economía. Muéstreme los modelos matemáticos que gobiernan la conducta humana ¿Cree usted que llegaremos algún día a tenerlos? Según usted, todo lo escrito sobre biología, psicología, antropología, sociología, historiografía, etc., son ejercicios de imaginación absurda. Lo que es absurdo es pretender aplicar ecuaciones deterministas a sistemas complejos fuertemente dependientes de condiciones iniciales.

Por otra parte, existe una fuerte correlación entre liberalismo y prosperidad, además de estar bien demostrado, teórica y empíricamente, que su negación (la planificación y la teoría de la explotación) es una estafa intelectual ¿No le es suficiente?


Herbert dijo el día 26 de Junio de 2011 a las 16:52:

El problema del dinero es que quienes lo crean, no lo destruyen. Es un problema únicamente contable; Falta de disciplina, desconocimiento del como funciona o, mucho peor, simple afán por enriquecerse de manera ilegítima. Nada que ver con "oro si, oro no".

Simplifiquemos:

1) Soy artesano. Fabrico y vendo unos 15 botijos por día.
2) Necesito comprar una oveja.
3) Una oveja vale 10,38 botijos.
4) El pastor no me cambiará la oveja por 10,38 botijos, porque no los necesita para nada.
5) :

Entonces viene el banquero y me presta el valor equivalente en dinero, servicio por el cual me cobrará un interés pagadero en "botijos convertibles", es decir, en dinero.

Yo cojo el dinero y compro la oveja. Venderé otros botijos por dinero hasta que tenga suficiente para devolver el préstamo.

El pastor coge el dinero y lo ingresa en el banco, porque no necesita gastarlo ahora. Su adquisición es legítima, y el valor debe conservarse; de lo contrario intercambiar bienes por dinero no sería interesante para nadie, y él no lo habría aceptado. No hay nada de inmoral en ello.

El proceso continúa:

6) Ya me he comido la oveja, y necesito comprar otra.
7) Vuelvo al banco y le pido otro préstamo para comprarla.
8) El banquero me presta el dinero.
9) Compro otra oveja.
10) El pastor lleva su dinero al banco, donde todavía "tiene" el de la oveja anterior. El pastor no se ha gastando aún su dinero, porque necesita mucho para comprarse una vaca (está ahorrando).

Hecho importante:

Lo que ni el pastor ni yo sabemos es que, para que yo pueda comprar la segunda oveja, el banquero me ha prestado el dinero que el pastor ha obtenido por la venta de la primera, que es el mismo que el banquero me había prestado la primera vez.

El pastor se piensa que ahora tiene el valor de dos ovejas depositado en el banco, pero no es cierto, solo tiene el de una, que es el valor cubierto por el capital del banquero. Si el pastor intenta recuperar el valor de las dos, no podrá, porque el banco no lo tiene.

Por mi parte, yo todavía debo al banco el valor de 20,76 botijos (dos ovejas), más los intereses. Pero el banco es un mero intermediario. En realidad, a quien debo las ovejas es al pastor, a través de un interpuesto que "representa" a ambos y "garantiza" el buen fin de las operaciones, obteniendo la confianza del pastor gracias su imagen de solvencia, todo ello a cambio de un interés que yo le pagaré.

El pastor tiene la ilusión de que su dinero es físico y está disponible en el banco. Esa ilusión, causada por la capacidad del banco para responder a una pequeña parte del total de lo que le entregan en depósito, es el problema.

En el momento en que yo no pueda devolver el dinero al banco, o de que el pastor quiera recuperar todo su dinero, ya tendremos el lío montado.

Solución: Los banqueros SOLO deberían poder prestar SU propio dinero, no el de los demás. Las operaciones de préstamo a terceros del dinero de terceros tienen que ser CONOCIDAS Y EXPRESAMENTE AUTORIZADAS por sus verdaderos propietarios, quienes deben asumir el riesgo concreto correspondiente, y a cambio deben llevarse un beneficio razonable que compense adecuadamente tal riesgo.

Si el banco hace negocio con el dinero de sus clientes hasta el límite de ponerlo en riesgo, sus clientes deben participar de los beneficios en la medida que corresponde, es decir, como SOCIOS ACCIONISTAS del banco, no como meros depositantes.

Es decir, nada de que los bancos presten tu dinero a los demás sin que tu lo sepas. Para realizar inversiones están los fondos de inversión, no las cuentas corrientes de efectivo, que no pagan nada.

Conste que todo esto nada tiene que ver con que el dinero sea oro, patrón oro, fiduciario, o patrón cagarruta de oveja, como dice DeEla. Esto del patrón oro no es más que una cabezonada de algunos economistas, que ven en el metal amarillo una especie de bálsamo mágico para resolver problemas que nada tienen que ver con él.

DeEla:

No veo razón alguna para llamar plusvalía al interés, ni siquiera por influencia de Marx, o mejor dicho de las penosas traducciones que del alemán se han hecho al español de sus obras, concretamente de "El Capital". Plusvalía e interés son conceptos distintos. Por otro lado, a lo que los traductores de Marx se refirieron como "plusvalía", estaría mejor traducido como "valor agregado" o, si acaso, plusvalor.

doneloys dijo el día 26 de Junio de 2011 a las 11:45:

Hay que controlar el dinero en circulación, no se trata de volver al patrón oro. Respecto a si es mejor la deflación o la inflación, parece ser que lo mejor es una inflación de hasta el 2%, creo que una inflación más próxima al cero no sería mala, y tampoco la deflación que menciona el comentarista, pero ciertamente serían necesarios cambios "psicológicos" muy profundos en nuestras cabezas, porque efectivamente caería muchísimo el consumo, ya que el ahorro en sí mismo sería rentable, lo que también creo que es positivo, pero a largo plazo, antes de eso caeríamos en una gravísima crisis, la deflación no está en nuestras cabezas, y durante décadas nos crearía muchos problemas hasta ajustarnos a una nueva manera de ver las cosas..., ahora, con inflación, hay un "impuesto invisible" que pagamos todos los años...

DeElea dijo el día 26 de Junio de 2011 a las 11:26:

El Patrón es un concepto matemático-estadistico, no una sustancia determinada bien sea oro, pedernal o cagarrutas de oveja.

Relájense, tómense su tiempo y luego mediten que significa Patrón.

El precio del dinero responde a su patrón y este no necesita ser de sustancia alguna mientras sea Medio de Cambio por que su precio es una ponderación de múltiples mercancías y factores. O lo que es lo mismo: una operación matemática. Se miden los precios, no los valores intrínsecos.

El problema del dinero radica en que no puede ser al mismo tiempo con relación al libre comercio látigo y freno, látigo cuando se lo usa según su naturaleza: Medio de Cambio; freno cuando se lo usa para lo contrario: Deposito de Valor.

La mayor inmoralidad de la humanidad es pretender que esta anomalía se perpetué.

Quienes pretenden esto son los rentistas y el espíritu de usura que los gobierna. Estos son los mismos que ahora defienden una vuelta al patrón oro. Poco les importa perjudicar a la generalidad de sus congéneres o dañar el libre comercio mientras ellos puedan seguir disfrutando de sus prerrogativas.

Tienen millones de mercancías en el mundo para elegir las que mas les guste o convenga como Deposito de Valor, pero ellos se empeñan en usar la única cosa que no debería usarse como tal, como mercancia: El Dinero.

El Dinero tal cual lo es hoy con patrón o sin patrón oro es una dictadura para el libre comercio, al cual cobra mafioso y privado peaje (el interés) al que se le debe llamar plusvalía. La plusvalía no es por el contrario, como defendía el sinvergüenza de Marx (esbirro de los magnates financieros), una mordida que se le hace al obrero por parte del empresario, sino una mordida que le hace el financista al productor sea este empresario u obrero. Es el peaje que deben estar dispuestos a pagar, si quieren que el rentista, les facilite la mercancía que poseé, y de la que ha hecho Deposito de Valor, el Dinero para poder producir y comerciar..

La pregunta, ahora que esta de moda, sería ¿el liberalimo en donde está, en liberalizar “la división del trabajo” la producción y con ello el libre comercio o con la dictadura de la usura? ...esto claro desde un punto de vista, por supuesto ...Liberal.

Askari dijo el día 26 de Junio de 2011 a las 11:00:

Recomiendo encarecidamente leer "The case against the FED" de Rothbard. Ahí tambien explican perfectamente los males que surgen de masas monetarias "flexibles" . Los unicos que sacan beneficio del sistema actual son los bancos , no la economia. Siempre que consideremos economia la produccion de bienes y servicios , y no lo que hacen los bancos.

Herbert dijo el día 25 de Junio de 2011 a las 15:39:

HispanoL: El problema de la "escasez" del oro no radica en que pueda llegar a no haber suficiente para comprar otros bienes, sino en que, por no poder ser creado a medida que aumenta el volumen de intercambio de bienes, su precio puede aumentar por el simple aumento de su demanda para comprar esos otros bienes. Esto, en sí mismo, supone una distorsión muy peligrosa, capaz de pervertir profundamente el mercado monetario.

Imagina un escenario en el que quienes tienen oro acumulado se benefician de la actividad económica del resto de las personas sin hacer nada en absoluto con su oro, simplemente por que el crecimiento económico hace que aumente la demanda de oro y ello, como el oro no puede fabricarse, incrementa continuamente su precio. Sin darnos cuenta, todos estaríamos pagando un tributo invisible a quienes más oro tuvieran acumulado, y todos nos veríamos incentivados a acapararlo.

Lo ideal es que el dinero acumulado represente fielmente el valor del trabajo o los bienes que vendimos para obtenerlo, y que este valor se conserve en el tiempo, sin disminuir, pero también sin aumentar. Es decir, que si hace 10 años ganaste 1 onza de oro trabajando durante un mes y la guardaste, hoy ese oro valga también un mes de un trabajo equivalente (ceteris paribus); no menos, pero tampoco más, y ello con independencia de si hay o no hay crecimiento económico en este momento.

El oro jamás en la historia se ha acercado a semejante cosa, sino que más bien se ha alejado de ese "ideal", y no hay razón para pensar que pueda ser de otro modo. Hay épocas en las que el oro que acumulaste hace un año vale el doble o 20 veces más de lo que te costó obtenerlo, mientras que en otras puede valer la cuarta parte del esfuerzo que invertiste para ganarlo.

Un aumento prolongado de su precio lleva inevitablemente a una fuerte tendencia del mercado a acumularlo. Cuando su precio sube, los inversores lo acaparan, porque tenerlo es rentable debido a su revalorización, sin necesidad alguna de asumir riesgos empresariales o prestarlo para recibir un interés. Esto realimenta la burbuja de precios, que suben a medida que se acapara más oro. Todo el mundo usaría cada vez menos oro para comprar sus bienes, y cada vez más gente acumularía el poco que quedase en circulación.

Pero eso no puede durar para siempre. En el momento que se produce una reducción de la demanda por cualquier causa (por la reducción del intercambio de bienes), el oro empieza a perder valor. Todos los intervinientes que lo han estado acaparando durante años se lanzan a intercambiarlo por otros bienes al mismo tiempo para evitar perder el valor acumulado, y todo el proceso acaba igual que todas las burbujas financieras, con un sonoro crack y mucha gente tirándose de los pelos, cuando no tirándose por las ventanas.

Si volviéramos a usar el oro como dinero, no evitaríamos las burbujas monetarias periódicas, sino que cambiaríamos su naturaleza y reduciríamos las posibilidades de suavizar sus efectos.

Y si lo usamos como "patrón" monetario, tarde o temprano volverá a repetirse la historia, cuando los bancos centrales tengan que rendirse ante la evidencia y confesarnos que han imprimido más dinero del que sus reservas de oro les permitiría porque, de no haberlo hecho, la divisa correspondiente se habría revalorizado al mismo ritmo que el oro, provocando la misma burbuja financiera y el mismo tipo de crack que el oro habría provocado por sí mismo.

Para evitar esta clase de problemas, puede elaborarse un sistema de patrón oro, pero "flexible". Claro que para semejante viaje no hacen falta tantas alforjas: basta con elaborar mecanismos simples y eficaces para controlar de manera independiente el dinero en circulación, tomando referencias claras de la economía real, y establecer estos mecanismos mediante leyes firmes, inamovibles, protegidas de los vientos de la política coyuntural. El oro es completamente prescindible en este tipo de mecanismos. Es más, si lo utilizamos para ello, sólo se va a convertir en un factor más para complicar una ecuación ya de por si compleja, que siempre se resolverá mejor en la medida en que pueda ser simplificada.

menorqui dijo el día 25 de Junio de 2011 a las 15:19:

Busque los datos económicos de EE.UU. desdesde su formación, simonp, de utopía nada. Es justamente lo que pasó para hacer de una excolonia la primera potencia. Constante caída de precios con dinero sólido.

simonp dijo el día 24 de Junio de 2011 a las 23:06:

con todo el respeto, la columna de hoy es un ejercicio de imaginacion. una hipotesis. como muchas de la teoria economica. mucha palabra y poca ciencia (moderna). muestreme los modelos matematicos que demuestran su hipotesis. y muestreme algun caso real, que pueda servir de experimento (muy dificil). y asi con cualquier teoria economica, excepto el comunismo que se probo y fallo. pero el (autentico) liberalismo aun esta por ver. todo son hipotesis bienintencionadas. sinceramente creo que hay muy poca ciencia moderna en la economia. los economistas teneis mucho camino por recorrer, como los sociologos. imagino que una buena manera puede ser fijarse en otras disciplinas que estudian sitemas complejos como los climatologos, fisicos o ecologos. pienso.

HispanoL dijo el día 24 de Junio de 2011 a las 22:39:

Además, el oro es casi infinitamente divisible. Esa idea de que no habría oro suficiente es absurdo. Cada producto (es lo que en el fondo argumenta el artículo) se compraría cada vez con menos oro. Por tanto carece de sentido hablar de escasez de oro.

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