
España se ha convertido en un auténtico infierno fiscal, tanto para los trabajadores como para las empresas. Por tanto, no es de extrañar que nuestro país registre las mayores tasas de paro (general y juvenil) de la Unión Europea y que sólo el 1,14% de las empresas cuenten con plantillas de más de 50 trabajadores (datos del Ministerio de Industria).
En concreto, el informe sobre Competitividad fiscal elaborado por Tax Foundation correspondiente al año 2024, que en España presenta el Instituto de Estudios Económicos, demuestra el nivel al que llega la Hacienda española en su persecución a las empresas.
Impuestos por encima de la media
Con respecto al nivel tributario que soportan las empresas en España, el estudio del IEE refleja dos realidades muy significativas. Primero, demuestra que, sólo el tipo impositivo de Sociedades, supera en nuestro país en 3,7 puntos porcentuales al tipo medio de la UE, dado que mientras que la media de la Unión es del 21,3%, el tipo general en España es del 25%.
En este sentido, cabe destacar la deriva a la que está sometiendo el Gobierno socialista de Pedro Sánchez al país. Así, se explica que "se viene produciendo un progresivo empeoramiento frente a los resultados de 2020, donde España mostraba una presión fiscal normativa en el Impuesto sobre Sociedades un 22,1% mayor que la de la Unión Europea y más aún desde los de 2019, en el que la diferencia era de un 16%". Por tanto, concluye al respecto que "la situación relativa de España empeora y hemos pasado de la posición 22 de los 36 países analizados en 2019, en cuanto a competitividad de su Impuesto sobre Sociedades, hasta la posición 29 de 382.
En segundo lugar, queda manifiesto que, en total, los impuestos a los beneficios empresariales en España superan en cinco puntos la media europea. De hecho, en el estudio se detalla que, sumando la carga del Impuesto Sobre Sociedades en los beneficios, el IRPF en la distribución y la tributación sobre dividendos, el gravamen sobre los beneficios empresariales "puede llegar al 46%, mientras que la media de la UE se sitúa en el 41%". Así, los autores del informe añaden que "este diferencial, que ya es muy significativo, se quiere incrementar por parte del actual Gobierno que ha propuesto, recientemente, una subida en el tipo máximo de la renta del ahorro".
Competitividad fiscal
Con todo, este empeño del Ejecutivo por subir cada vez más los impuestos ha hecho que el Índice de Competitividad Fiscal correspondiente a nuestro país haya empeorado progresivamente. De este modo, el IEE subraya que "en el ICF, España se sitúa, en el año 2024, en la posición 33 del total de los 38 países analizados, dos puestos por debajo que el año anterior, pero 10 puestos más abajo que la posición 23 que ocupaba en 2019 y tres más debajo de la 30 del 2021". Además, se detalla que en relación con el Impuesto sobre Sociedades, España aparece situada en el puesto 29 del ranking, con una calificación de 50 puntos que nos relega a la zona media-baja de la tabla.
No obstante, este Índice incluye otras muchas variables. Como publicamos en Libre Mercado, esta pésima posición de España en el ranking sobre competitividad fiscal se registra también en el resto de indicadores. Así, en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas España se sitúa en el número 21, con una calificación de 61,6 puntos. Asimismo, con respecto al Impuesto sobre el Valor Añadido, España obtuvo el puesto 19, con una 58,9 puntos.
Así las cosas, todo ello implica que "en la categoría dedicada a la propiedad, el mal desempeño de España es notable, puesto que nuestro país queda relegado al número 37 de la lista, con una calificación de 36,5 puntos que solamente se ve empeorada por Italia".


