
Pedro Sánchez ha decidido pagar las deudas catalanas con la cartera de todos los españoles. Lo ha hecho para garantizarse el apoyo de ERC y Junts a su particular permanencia en La Moncloa. Y, para colmo, lo hace premiando a un Gobierno regional que se ha caracterizado por ser uno de los más opuestos al esquema de solidaridad regional que opera en España desde el arranque de la etapa democrática. Tan opuesto que acumula más del doble de deuda que Madrid o Andalucía y tan poco solidario que aporta a la caja común de ayuda a los territorios menos favorecidos un tercio de lo que lo hacen los madrileños.
Sánchez quiere regalar a la Generalidad catalana una cantidad ingente de fondos exigidos por el separatismo y, entre otras cuestiones, permitirles no aportar al sistema de solidaridad del resto de territorios con menos recursos. Por la parte de la condonación de la deuda, la Generalidad va a recibir más de 17.000 millones y por la parte del sistema de financiación y el inconstitucional cupo catalán el mismo Gobierno separatista pretende llevarse otros 13.000 millones por año. María Jesús Montero, para justificarlos, no ha dejado de negar que Madrid es el soporte real -gracias a las rebajas fiscales- del modelo de solidaridad español.
Esta es la radiografía real con datos certificados, sacados de Fedea y de las fuentes públicas, sobre quién aporta y cómo aporta a los fondos sanitarios, educativos y sociales de las regiones donde viven gente con menores ingresos: Madrid paga el 71% del Fondo de Garantía del resto de CCAA y tres veces lo que Cataluña.
Madrid, el máximo aportante
Madrid es, de lejos, el máximo aportante al Fondo de Garantía de Servicios Públicos Fundamentales, con el que se paga el mantenimiento de un nivel estándar de sanidad y educación en todos los territorios, de forma que, menores rentas de sus vecinos no supongan una caída en el nivel de los servicios fundamentales. Madrid, efectivamente, aporta el 71% de los recursos autonómicos que dota al Fondo de Garantía de Servicios Públicos Fundamentales.
Y los datos que avalan la gran labor social sostenida por los contribuyentes de la Comunidad de Madrid van mucho más allá. Así, si se hace una comparativa entre dos autonomías muy parecidas en riqueza -ya son más ricos los habitantes de Madrid- y en población -aunque tiene más residentes Cataluña-, salen resultados muy llamativos que haría bien en explicar María Jesús Montero al justificar sus regalos al separatismo. Cataluña tiene como ingresos tributarios homogéneos 25.004 millones. Madrid genera más ingresos gracias a su mayor actividad: 26.052. Y eso, tras adoptar buena parte de sus rebajas fiscales y con menos contribuyentes totales.
Madrid aporta tres veces más que Cataluña
Y la cosa va a más cuando se compara lo que cada territorio aporta de esos ingresos al sistema común. Cataluña entrega 2.168 millones de euros. Y Madrid, sin embargo -y con mil millones extra generados en ingresos tributarios- aporta tres veces más que Cataluña: 6.313 millones de euros, según datos de las balanzas fiscales. Es decir, que incluso descontados los mil millones citados, el esfuerzo de los madrileños es muy superior al de los catalanes. Pero, pese a todo ello, Montero y Sánchez, del PSOE, defienden que hay que darle más a Cataluña y quitarle más a Madrid.
En total, en el conjunto del sistema de financiación autonómico, Madrid aporta -con esos 6.313 millones de euros- el 59% del conjunto de los 10.684 millones netos que se cruzan en total entre las comunidades con más ingresos y las de menores recursos.
Traducido: gracias al sistema fiscal de Madrid y sus rebajas de impuestos se sostiene el esquema de solidaridad nacional. Y eso es lo que quiere borrar del mapa el PSOE para destinar recursos a una de las comunidades autónomas más ricas de España y, a su vez, más endeudada por su derroche sistemático y su generación de desincentivos a la riqueza, la empresa y el empleo, como el golpe separatista del 1-O.
La evolución de la renta per cápita de Madrid ha dejado claro que el modelo económico adecuado es el liberal y no el socialista o el separatista. Pero, más allá de datos internos, hay un factor de análisis que deja claro lo que piensan fuera de España. Lo que piensan las empresas de todo el mundo cuando miran a España como posible destino inversor. Y los datos son demoledores: la Comunidad de Madrid ha captado en los tres primeros trimestres del año 2024 cinco veces la inversión extranjera de Cataluña y 103 veces la vasca.
Toda una goleada que debería hacer repensar a los votantes su respaldo a formaciones separatistas en alianza con el socialismo. El País Vasco ha captado en esos nueve meses 163,97 millones de euros en inversión exterior con un desplome del 89% frente al mismo periodo del año anterior (2023). Y Cataluña ha captado 3.453 millones de euros, una quinta parte de lo captado por Madrid.


