
El objetivo anunciado de elevar el gasto en Defensa hasta 10.471 millones de euros sin incrementar impuestos ni reducir gasto social ha destapado una realidad incómoda: no es viable conseguirlo únicamente con los recursos presupuestarios actuales.
Además, una cosa es no reducir gasto social y no aumentar los impuestos (ya veremos) y otra cosa es no poder incrementar el gasto social. Pero el coste de oportunidad sigue ahí. Si gasto en defensa, aunque no quite de gasto social, no podré aumentarlo. Total, que, para lograrlo, el Ejecutivo tendrá que recurrir a diversas maniobras financieras, entre ellas la inclusión de gasto militar indirecto en otras partidas, ampliaciones de crédito y un considerable aumento de deuda pública.
Lo primero de todo, un breve resumen de lo que nos contó el Presidente. Se destinará el 35% del presupuesto total, equivalente a 3.712,5 millones de euros, a mejorar las condiciones laborales del personal militar. El segundo bloque concentrará el 31% de la inversión, dirigido a desarrollar y adquirir nuevas capacidades en telecomunicaciones y ciberseguridad. Para ello, se movilizarán 3.262 millones de euros. El tercer pilar absorberá el 19% del total, unos 1.963 millones de euros, enfocados en la fabricación y adquisición de nuevos sistemas de defensa y disuasión. El cuarto apartado, que contará con el 17% del presupuesto (1.751,5 millones de euros), se destinará a reforzar las capacidades
de respuesta ante catástrofes naturales, como inundaciones e incendios. Vamos, que se mete cualquier cosa, aunque no sea de uso militar… Finalmente, el quinto eje del plan, que representa el 3,1% del total (328,7 millones de euros), servirá para mejorar las condiciones de seguridad de los aproximadamente 3.000 militares desplegados en las 16 misiones de paz en las que participa España en el exterior. Y ya vamos con lo que realmente os quiero contar en este artículo.
Este pasado viernes estuve comiendo con un grupo de personas estupendas y Borja me preguntó hasta en 5 ocasiones cómo iba a cumplir el Gobierno su promesa. Yo había hecho un cálculo aproximado, pero ahora he descendido un poco más al detalle y comparto lo que me ha salido. Eso sí, son solo estimaciones mías. Lo cual puede distar mucho de la realidad. Pero valga como suposición o proxy de cosas que puede hacer el Gobierno. Ah, y quiero recordar que todo este cálculo lo he calculado recopilando datos de los informes de Ejecución Presupuestario de la IGAE. Es decir, todo fuentes oficiales.
La primera pregunta creo que es: ¿cuál es el gasto previsto actualmente en Defensa? Pues según los datos oficiales:
- Presupuesto inicial para Defensa en 2025: aproximadamente 3.070 millones de euros.
- Gasto ejecutado a febrero 2025: 32,7%, es decir, unos 1.003 millones.
- Presupuesto aún pendiente de ejecutar: 2.066 millones de euros.
Vamos, que hay margen, pero claramente insuficiente para alcanzar los 10.000 millones. Por cierto, utilizo 10 mil por redondear, aunque la cifra que ha dicho el presidente es ligeramente superior (como ya he recordado antes).
La segunda pregunta pertinente sería ¿qué mecanismos se utilizarán para acercarse al objetivo? Pues, una vez más, el Gobierno tendrá que recurrir a varias estrategias no convencionales. En primer lugar, incluir gasto militar indirecto. Vamos, meter cosas que no están en el presupuesto de Defensa dentro de esta partida; reclasificar gastos que, aunque no aparecen como Defensa, están estrechamente ligados al ámbito militar. Actualmente, las principales partidas indirectas están presupuestadas en diferentes ministerios.
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Entidad |
Ministerio de origen |
Importe actual (millones €) |
Finalidad |
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Navantia |
Industria |
600 |
Construcción naval militar (fragatas, submarinos, patrulleros) |
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Indra |
Industria / Ciencia |
300 |
Sistemas de defensa electrónica, radares, ciberdefensa |
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CNI |
Presidencia del Gobierno |
150 |
Inteligencia y operaciones especiales |
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ISDEFE |
Defensa (sector público estatal) |
100 |
Consultoría e ingeniería militar |
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INVIED |
Defensa (operaciones patrimoniales) |
50 |
Infraestructuras y gestión patrimonial militar |
|
Total |
1.200 |
Para aclarar, ISDEFE e INVIED ya están adscritos al Ministerio de Defensa, pero su financiación no forma parte del presupuesto operativo corriente (capítulos de personal, operaciones o inversiones directas). Para ser contabilizados como gasto militar, sería necesario reclasificar internamente sus gastos o ampliar sus presupuestos, ya que operan como entes públicos autónomos. Y, ¿cómo se pueden integrar al gasto militar? Mediante transferencias de capital o reclasificación presupuestaria, o consolidando sus gastos dentro del presupuesto funcional de Defensa en la contabilidad nacional.
Además, salvo que implique ampliación de crédito, no requiere aprobación parlamentaria, lo cual es una ventaja para el presidente, que parece deseoso de no pasar por las Cortes.
Ahora bien, con estas reclasificaciones, seguiríamos estando muy lejos. Por eso se tendrían que realizar ampliaciones presupuestarias en estas partidas. Basándome en las de los últimos años y en los recientes contratos, parece más o menos real estimar algo parecido a lo que he calculado.
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Entidad |
Ampliación estimada |
Nueva dotación total |
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Navantia |
+500 |
1.100 |
|
Indra |
+200 |
500 |
|
ISDEFE |
+100 |
200 |
|
INVIED |
+50 |
100 |
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CNI |
+100 |
250 |
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Total tras ampliaciones |
2.150 (950 nuevos) |
Esta estimación la he realizado basándome en los Presupuestos de 2022 y 2023. No tenemos, por desgracia, años más recientes para ver. He tratado de reflejar el crecimiento de los programas de construcción naval y modernización militar.
Además de la ampliación de crédito de estas partidas, existe otra que no podemos dejar pasar. Me refiero a los Programas Especiales de Armamento (aviones Eurofighter, helicópteros NH-90, fragatas F-110, tanques Leopard, etc.), que suelen recibir ampliaciones. Por ejemplo, en los dos últimos presupuestos, recibieron ampliaciones por valor de 2 y 2,6 mil millones respectivamente. Para este año, he calculado un incremento de 1.500 millones de euros.
Pero aquí no acaba todo. No sé si el lector conoce que existe una partida denominada Fondo de Contingencia. Esta partida presupuestaria tiene una dotación de 3.912 millones de euros para este año 2025. Me detengo un momento en explicarlo. El Fondo de Contingencia es una partida que aparece en los Presupuestos Generales del Estado cuyo objetivo principal es atender gastos urgentes e inaplazables que surjan a lo largo del ejercicio y que no hayan sido previstos en los presupuestos iniciales o para los que el crédito existente sea insuficiente. En otras palabras, funciona como un colchón de seguridad financiera para el estado, destinado a cubrir necesidades que no pueden esperar a la siguiente tramitación presupuestaria. También conviene recordar que solo se puede utilizar mediante acuerdo del Consejo de Ministros y que el gasto que se financia debe ser urgente, no discrecional y necesario. Digo esto porque ya hemos visto mucha tensión por el famoso contrato de las balas con la compañía israelí. No me quiero imaginar le tensión dentro del Gobierno con un incremento del gasto de tamañas dimensiones. Por eso no es baladí que tenga que pasar por el Consejo de Ministros. Para hacernos una idea, en 2021 se utilizaron más de 1.300 millones de euros para financiar la compra urgente de vacunas contra el COVID; en 2022 se aprobó el uso de 200 millones de euros para ayudas directas a sectores afectados por la erupción volcánica de La Palma; o en 2023, parte del Fondo de Contingencia se empleó para cubrir operaciones militares exteriores y para la reparación de daños por catástrofes naturales (inundaciones y grandes incendios).
Por prudencia, he estimado un uso del este gasto de 1.000 millones de euros que podrían destinarse a Defensa.
Finalmente, el resto del gasto necesario se financiaría mediante emisión de deuda pública. Seguro que hay más partidas que podrían incluirse. La ingeniería contable en los Presupuestos es casi infinita. Esto es solo un ejercicio que he hecho a título individual para mostrar cómo se puede hacer. Para todos aquellos que dicen que no, siento decir que sí se puede hacer. Con trampeo, pero se puede.
Total, ¿de dónde sale el dinero? Pues vamos a verlo con una tabla.
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Además de todo esto, hay que recordar que la Unión Europea ha propuesto flexibilizar las reglas fiscales para permitir que el aumento del gasto en defensa no compute en los límites de déficit y deuda pública. En concreto, se ha propuesto que los países puedan aumentar su gasto en defensa hasta un 1,5% adicional del PIB por año durante un periodo de cuatro años, sin que este incremento se considere en el cálculo del déficit o la deuda pública. Vamos, miel sobre hojuelas.
Y ahora, una última pregunta que no puede faltar. ¿Hay que pasar por el Congreso para este gasto? Bueno, aquí una cosa es la teoría y otra la práctica. Mi etapa en el Congreso de los Diputados me ha enseñado que hay muchos tonos de grises, aunque la Ley sea más que clara a este respecto. Sin ir más lejos, el Gobierno tiene la obligación de presentar los Presupuestos y no lo ha hecho. Y no ha pasado nada, ¿verdad?
El uso de los presupuestos ya aprobados obviamente no tiene que pasar por la Cámara Baja. Y el Fondo de Contingencia solo debe pasar por el Consejo de Ministros. Eso sí, las ampliaciones de crédito (los 950 millones de gasto indirecto que he estimado y los 1.500 de Ampliación de PEAs) sí deberían pasar mediante Ley o Real Decreto-Ley. Vamos, tienen que pasar. Pero solo me atrevo a decir "deberían". Por su parte, la emisión de nueva deuda tendría que pasar por el Congreso, bien a través de una modificación del techo de gasto, bien a través de alguna ley específica. Es decir, muchas partidas podrían ejecutarse sin intervenciones parlamentarias, pero el montante más grande sí necesita aprobación expresa de la Cámara Baja.
Con el Presupuesto actual es imposible alcanzar los 10 mil millones prometidos, a pesar de integrar partidas indirectas (Navantia, Indra, CNI) y ampliar presupuestos de organismos como ISDEFE e INVIED. Además, un tercio del nuevo gasto militar requerirá aprobación parlamentaria. Y con los cálculos (he de decir que bastante burdos), casi la mitad del esfuerzo financiero será de nueva deuda pública, tensionando aún más el déficit.
Visto lo visto en estos últimos años, el incremento en Defensa será posible, pero solo mediante una combinación de ingeniería presupuestaria, flexibilidad contable y mayor endeudamiento público. Veremos…
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