
Pedro Sánchez, María Jesús Montero o Félix Bolaños han defendido esta mañana en el Congreso de los Diputados en la sesión de control al Gobierno, que España se ha convertido en una economía brillante que tira del crecimiento de la UE. Les ha faltado decir que atamos los perros con longaniza. Así protagonizaba el presidente su tradicional rifirrafe con Núñez Feijóo en las Cortes.
Pues bien. Como ya hemos comentado en varios programas, y como certifican distintos informes, son dos los motivos que permiten al Gobierno presumir de crecimiento: por un lado el incremento abrumador de la inmigración, y por otro, los récords de recaudación que está consiguiendo el gobierno y que ha permitido multiplicar el gasto público un 35% en cerca de 700.000 millones de euros.
Un crecimiento paralelo al del empleo público en la administración central, que ha crecido un 38% desde que Gobierno Sánchez. Entre 2018 y la actualidad el número de empleados públicos ha subido de 2,5 millones a más de 3 millones de empleados públicos.
Bien. Hasta aquí la explicación detrás de la euforia del Gobierno. Y ahora la realidad de nuestra economía. Una productividad en caída libre: ha registrado una caída significativa entre 2018 y 2023, siendo la que más ha caído dentro de los países desarrollados. La productividad por ocupado ha caído casi un 2% desde 2018, frente al aumento del 1,3 del conjunto de la UE. Pese a que la productividad ha subido muy ligeramente en los dos últimos años, seguimos por debajo de la media de la UE.
¿Por qué la productividad es tan baja? Sencillo, no hay ahorro, no hay inversión, no hay innovación. Hoy hemos conocido datos que van en esta misma línea. El Banco de España certifica ese gran aumento de la inmigración durante los últimos años al certificar en su informe que más de 7 de cada 10 puestos de trabajo creados desde 2019 han sido ocupados por trabajadores nacidos en el extranjero. Se trata de puestos de trabajo de muy poco valor añadido y que contribuyen a precarizar nuestro mercado laboral.
Al mismo tiempo, vemos como en 2024 la inversión extranjera ha caído un 30%, el nivel más bajo desde el estallido del Covid. Lo que habla de la debilidad de nuestra economía. Si fuéramos la envidia de Europa, cabría pensar que habría codazos por entrar en nuestro país a invertir. ¿Y por qué decimos que España se está precarizando? Porque otro dato conocido hoy así lo certifica: el 65% del gasto público ya se dedica a partidas sociales y pensiones. El otro gran capítulo que asume el Estado desde hace años es el de los pagos de intereses de la deuda pública.
Al respecto, el economista Ignacio Moncada ha destacado en Con Ánimo de Lucro que "estamos en una fase de crisis a largo plazo", además de cómo la renta de las familias españolas se ha estancado en los últimos años. De mismo modo, ha explicado cuáles son las causas de la caída de productividad registrada en España y cómo afecta esto a los ciudadanos.

