
Desde el Gobierno de España quieren hacernos ver que la economía de nuestro país es una de las mejores del mundo, si no la mejor, alegando que los datos macroeconómicos así lo demuestran. Aunque es cierto que el PIB español ha crecido en el último año y las previsiones nos dicen que esta tendencia continuará, nuestra economía no es la máquina de creación de riqueza de la que presume el Gobierno de Pedro Sánchez, puesto que el gasto público y la integración de un gran número de trabajadores extranjeros en puestos de baja cualificación son los factores que explican este crecimiento.
En consecuencia, la evolución de las estadísticas macroeconómicas no se traslada a las familias españolas, cuya renta per cápita no crece. Más bien al contrario, pese a la propaganda gubernamental, la renta de los españoles se redujo a finales del año 2024 y continuó descendiendo en el primer trimestre de 2025. Así lo demuestran las últimas cifras sobre el ingreso disponible bruto real per cápita de los hogares e instituciones privadas sin fines lucrativos al servicio de los hogares (ISFLSH, por sus siglas), publicadas por la OCDE el pasado 7 de agosto.
Se trata del indicador que utilizó el presidente del Gobierno en su balance de ecuador de legislatura para defender que habíamos crecido un 9% en riqueza las familias españolas y que permitía ese balance porque incluye no sólo la evolución de los salarios sino también las transferencias de renta provenientes de la expansión del gasto público (pensiones, subsidios, etc) e incluye el incremento del precio de la vivienda (por las rentas de los alquileres y el incremento patrimonial). Así y todo, en los dos últimos trimestres, esa riqueza supuesta de los españoles, incluso con este indicador, se gripa.
Cae la renta de los hogares
Los españoles no somos cada vez más ricos. Lo cierto es que, de acuerdo con las estadísticas publicadas por la OCDE, el ingreso disponible bruto real per cápita de las familias españolas se redujo en el primer trimestre de 2025 un 0,2%. Anteriormente, durante el cuatro trimestre de 2024, ya había caído un 0,07%.
De esta forma, como podemos ver a continuación, España ha registrado por primera vez, desde el tercer trimestre de 2022, dos descensos consecutivos del ingreso disponible bruto real per cápita. Cabe añadir que este segundo descenso registrado en el primer trimestre de 2025 ha sido, además, mayor que el experimentado en el último trimestre de 2024.
En la gráfica podemos observar cómo esa renta disponible se dispara. Lo hace a lomos de la inflación y la subida de precios de la vivienda tanto en alquiler como de compra, así como de la expansión de gasto público que ha mantenido el Gobierno.
Hay que recordar que, conforme a los expuesto en la nota metodológica de la propia OCDE, cuando este organismo se refiere al ingreso de los hogares incluye tanto "los ingresos totales que reciben los hogares tras deducir los impuestos sobre la renta y el patrimonio, así como las cotizaciones sociales", como "las prestaciones sociales monetarias (como las prestaciones por desempleo y las pensiones)".
Asimismo, la OCDE explica que esta estadística incluye entre los hogares las instituciones sin fines de lucro que prestan servicios a los hogares, donde se encuentran organizaciones como, por ejemplo, los clubes deportivos sin fines de lucro. Esto es así en la medida en que estas instituciones "no pueden separarse de los hogares en las cuentas nacionales de muchos países".
Así la OCDE refleja cómo incluso empleando el indicador que escogió el presidente del Gobierno para mantener el espejismo de que los españoles nos hemos enriquecido estos años bajo su mandato, en el último medio año estamos también empobreciéndonos. Y si tenemos en cuenta que en estos dos últimos trimestres el precio de la vivienda ha subido y también el gasto público, quiere decir que la diferencia entre salarios reales e inflación es todavía mayor.
Además, no podemos ignorar que las dos últimas caídas del ingreso disponible bruto real per cápita de las familias españolas se han producido, no obstante, en un momento en el que la media de la OCDE ha experimentado un ligero crecimiento. Así, el organismo destaca que "el ingreso real per cápita de los hogares en la OCDE aumentó un 0,1% en el primer trimestre de 2025", habiéndose incrementado un 0,62% en el último trimestre de 2024.
Impacto de la inflación
Con todo, el indicador que mejor expresa el poder adquisitivo de los españoles es el salario real que, de acuerdo con los datos de la propia OCDE, tan sólo ha crecido un 1,6% entre los años 2019 y 2024. De hecho, el pasado mes de julio este mismo organismo alertaba a España de que, si bien los salarios reales han crecido, "aún hay margen para recuperar terreno perdido". Así, la OCDE detalla que "el crecimiento de los salarios en España no se ha mantenido al ritmo de la inflación".
En concreto, destaca que "aunque los salarios nominales aumentaron considerablemente en 2023 y 2024, los salarios reales en el primer trimestre de 2025 se mantuvieron un 4,2% por debajo del primer trimestre de 2021". Por lo tanto, tal y como subraya este organismo, la evolución de los salarios en España se sitúa en la tendencia seguida por la zona euro, "pero por detrás de la mayoría de las principales economías de la OCDE".
La popia OCDE indicaba recientemente en un informe que los salarios reales en España llevan estancados los últimos 30 años, en donde únicamente habrían crecido un 2,7%.
En este sentido, otra de las realidades sobre los salarios de la que Sánchez no ha dado detalles en ninguno de sus discursos es la caída de los salarios reales en el año 2022. Si comparamos el nivel de salarios reales del año 2024 con el registrado en 2021, podemos comprobar que desde entonces el poder adquisitivo de los españoles ha caído un 1,43%. Así, tan sólo en el año 2022 la caída de los salarios reales fue del 2,53%: Por tanto, el 1,6% de crecimiento de los salarios reales desde que Sánchez llegó a la Moncloa no deja de ser otro efecto estadístico más del que se sirve el presidente del Gobierno.

