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A Trump se le pone cara de Sánchez: interviene Intel y amenaza con cerrar medios de comunicación

Si cambiamos Intel por Telefónica, Lip-Bu Tan por Pallete, o "fake news" por "bulos y fango", tenemos que Trump es quien más se parece a Sánchez.

Si cambiamos Intel por Telefónica, Lip-Bu Tan por Pallete, o "fake news" por "bulos y fango", tenemos que Trump es quien más se parece a Sánchez.
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El viernes por la tarde trascendió que EEUU se había convertido en propietario del 10% de Intel, la gran compañía norteamericana de microchips, bajo la premisa de que "es bueno tener a EEUU de socio", como dijo Donald Trump, quien también subrayó que "es un gran acuerdo para ellos (Intel)".

Así, el presidente de los EEUU, Donald Trump, anunciaba la primera intervención pública en una empresa privada desde el New Deal, cuando Franklin Delano Roosevelt, decidió intervenir la economía norteamericana de manera inédita para el país. No se trató de nacionalizaciones masivas al estilo europeo, sin embargo, sí que hubo un fuerte aumento de la regulación, supervisión y en algunos casos, control temporal de empresas y sectores.

Trump, dice, busca darle un nuevo impulso a una compañía que a su juicio "se ha quedado atrás" frente a otros competidores del sector, pero lo cierto es que había pedido ya la cabeza de su consejero delegado, LIp-Bu Tan, sin que en Intel le hubieran hecho mucho caso. Además, desde entonces, Trump había deslizado que estudiaba fórmulas para convertir parcial o totalmente en capital social las subvenciones concedidas a Intel en el marco de la Ley Chips y Ciencia del expresidente Biden. En total, Intel había recibido hasta enero 2.200 millones de dólares, aunque tiene asignados un total de 10.900, según Bloomberg.

Pero si el viernes Trump irrumpía con el capital del Estado en una empresa privada por primera vez desde el New Deal, este lunes, el presidente nortaemericano ha amenazado de forma directa a las cadenas de televisión NBC y ABC, porque las considera "una verdadera amenaza" para la democracia estadounidense por su, dice, "sesgo ideológico".

"A pesar de una altísima popularidad y, según muchos, de estar entre los mejores ocho meses de la historia presidencial, ABC y NBC 'fake news', dos de las peores y más sesgadas cadenas de la historia, me dan un 97 por ciento de malas noticias", ha protestado en su plataforma Truth Social.

En el mismo mensaje, acusa a ambas cadenas de ser "una rama del Partido Demócrata". "Según muchos, la (Comisión Federal de Comunicaciones) FCC debería revocarles sus licencias. Estoy totalmente de acuerdo, porque son tan sesgadas y mentirosas que representan una verdadera amenaza para nuestra democracia", Sentenciaba.

En sólo tres días hemos visto la intervención pública de una empresa privada, amenazas a un CEO a quien quiere destituir y el señalamiento directo de medios de comunicación con acusaciones de practicar las fake news.

Si cambiamos Intel por Telefónica, Lip-Bu Tan por Álvarez Pallete, o "fake news" por "bulos y fango", tenemos que hasta la fecha Trump podría ser el líder internacional que más se parece a Pedro Sánchez, azote de los "pseudo medios" que impulsa purgas de periodistas en el Congreso de los diputados.

Pero los paralelismos no se quedan ahí. Trump ha modificado los ejes de estrategia e influencia de los EEUU, abandonando a Europa y occidente, para centrarse en su guerra, fría todavía, contra China. Por su parte Sánchez no sólo ha entregado el Sáhara a Marruecos, cargándose de un plumazo la tradicional posición de neutralidad española, y una ruptura casi total con Argelia. Además, España se distanció de la posición oficial de la ONU.

Por otro lado, si Trump ha cambiado las alianzas internacionales, desdibujando el bloque de "occidente", el presidente del Gobierno español ha abrazado a los sátrapas iberoamericanos del grupo de puebla como Petro, Lula o Boric, e incluso con China y Venezuela, Zapatero mediante, dando la espalda a la sufrida oposición de estas tiranías, con las que tradicionalmente habíamos tenido una relación especial.

Para terminar, si Sánchez ha sido campeón en la subida de impuestos, Trump ha sido campeón en un tipo de impuestos: los aranceles. Ya quisiera Sánchez que su política arancelaria, su política de alianzas internacionales, o sus intervenciones públicas en la economía mantuvieran al mundo en vilo, como sucede con Trump, pero de lo que sí puede presumir es de que ambos amenazan con ser recordados como los peores presidentes del Gobierno de la historia de sus respectivos países.

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