Suele decirse que es la Ley más importante de cada año de gobierno durante una legislatura: los Presupuestos Generales del Estado. Estamos en 2025 y apunta a que en 2026 seguiremos sin nuevos presupuestos. Pero esta vez, incluso se pone en duda que llegue a presentarlos para no tener que ver cómo pierde la votación en el Congreso.
Ya el año pasado en 2024, el Gobierno se saltó el mandato constitucional y no presentó los PGE para 2025, pese a que nuestra Carta Magna obliga al Gobierno a presentar las nuevas cuentas y someterlas a votación en el Congreso tres meses antes de que expiren los del año anterior. Eso cumplía el 1 de octubre, y no los presentó. ¿Por qué? Decía Sánchez que era una tontería. No tenía sentido, decía, perder el tiempo en el Congreso e intentar sacar adelante unos presupuestos sin garantías de obtener los apoyos necesarios, y que por lo tanto se seguiría con los presupuestos prorrogados.
Este año da la sensación de que la situación es la misma, o peor. El Gobierno no cuenta con apoyos necesarios y suficientes de sus socios de investidura como para garantizar que los PGE vayan a salir adelante. Y los mentideros políticos ya dan por hecho que el Gobierno no los presentará tampoco este año, con lo que nos iremos a 2026 con unos presupuestos diseñados en 2022.
Lo curioso del caso es que si por algo se ha caracterizado Sánchez es por priorizar en su acción de Gobierno el cumplimiento de las promesas hechas a sus socios y las exigencias de éstos, sabedores de que sus votos son necesarios siquiera para mantenerse en la Moncloa y que su apoyo valdrá tanto como la percepción que tengan ERC, Bildu, Junts, Podemos o Sumar, de que su condición de presidente del Gobierno siga sirviendo a sus intereses particulares.
Pues bien, este es el motivo último que se esconde detrás de esta anomalía constitucional. Ya no la de funcionar con un presupuesto prorrogado, que ha sucedido otras veces en la historia de España, sino la de ni siquiera presentarlo. También es el motivo detrás de uno de los mayores escándalos que tenemos por delante y que es la aprobación en Consejo de Ministros mañana de la promesa de condonación de la deuda. Condonación. Como si las deudas pudieran desaparecer así como así.

