El anuncio de Ryanair de borrar de un plumazo nada menos que un millón de plazas en aeropuertos españoles, en especial en Galicia y Canarias, ha caído como un jarro de agua fría en el Ejecutivo, que ha sacado toda su artillería para desacreditar a la compañía irlandesa lowcost.
El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha criticado el "chantaje", la "extorsión" y las "falacias" de Ryanair para justificar que abandonará algunos aeropuertos españoles por la subida de tasas aeroportuarias que aplicará AENA. Las cuales ascenderá a 68 céntimos por cada pasajero, una cantidad que Puente considera asumible dado que su CEO obrará un bonus de 100 millones. Lo mismo ha argumentado el segundo actor con papel importante en esta película: Maurici Lucena, el presidente de AENA.
Ryanair se ha limitado a decir que, como primer operador por volumen en España, algunas de las rutas que ofrece en nuestro país dejan de ser rentables tras la subida de las tasas que ha establecido el operador aéreo, AENA, perteneciente al Ministerio de Transportes. Las declaraciones de sus responsables, como Eddie Wilson, CEO de la compañía, se han limitado a criticar la medida del Gobierno, compararla con el de otros países donde las tasas en lugar de subir, bajan, y en comunicar una decisión corporativa basada en la intención de no perder rentabilidad en su negocio en nuestro país.
Desde AENA Lucena ha acusado Ryanair de seguir una estrategia para "crear alarma en la opinión pública" con el objetivo real de que "se subvencione su actividad con dinero del contribuyente y con el de AENA". Además, en una entrevista en RTVE, ha lanzado un aviso a la compañía: van a tratar de persuadir junto a los gobiernos autonómicos, las diputaciones, los ayuntamientos a otras aerolíneas para que cubran los vacíos que deja Ryanair. De hecho ha querido recordar que la ruta Valladolid- Barcelona, que Ryanair dejó desierta en una "clara intencionalidad política", según sus palabras, ya ha sido sustituida por Vueling.
Mientras el ministro de Consumo, Pablo Bustinduy, le ha reprochado a la compañía que haya seguido un modelo de negocio en el que se trata mal a la gente y por eso ha dicho que por muy poderosa que sea Ryanair a él no le van a intimidar. "Señalan, intimidan, a mí me intentaron ridiculizar, me insultan… es la manera que tienen de funcionar. A mí si creen que me van a intimidar, es todo lo contrario", ha dicho en Radiocable.

