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Matthias Harsch, CEO de Leica: "Con un móvil sacas fotos, pero con una cámara tu mirada cambia, es otra experiencia"

Entrevistamos al máximo responsable de la mítica marca fotográfica alemana que fabrica algunas de las cámaras más exclusivas del mercado.

Entrevistamos al máximo responsable de la mítica marca fotográfica alemana que fabrica algunas de las cámaras más exclusivas del mercado.
El CEO de Leica, Matthias Harsch, en Madrid. | C.Jordá

Para bien la mayor parte de las veces, para no tan bien las menos, Leica es con toda seguridad la marca más mítica del mundo de la fotografía, algo así como lo que serían no sé si Ferrari o Mercedes –o una mezcla de ambas– en el de los automóviles.

Abocada casi a la quiebra y la desaparición con la irrupción de la fotografía digital, la empresa con sede en la ciudad alemana de Wetzlar –cerca de Fráncfort– no solo superó sobradamente aquel momento de crisis, sino que le ha dado la vuelta por completo y se ha convertido en una compañía con un enorme éxito: en el último ejercicio del que se tienen datos completos, el 23-24, registró su récord histórico de beneficios, 554 millones de euros, un 14% más que en el año anterior.

Una plusmarca que llega en un momento muy especial de la compañía: su centenario, pues en este 2025 se celebran los 100 años desde que empezó a comercializarse la entonces revolucionaria Leica 1, la cámara que se convirtió en prácticamente la cámara por excelencia del fotoperiodismo y que marcó lo que, un siglo y una revolución digital después, sigue siendo un estándar en fotografía: la película de 35mm. y, hoy en día, el tamaño de los sensores de "formato completo".

Ese centenario está dando lugar a una serie de celebraciones entre las que, por lo menos para los madrileños, destaca la espléndida exposición Leica. Un siglo de fotografía en el Centro Fernando Fernán Gómez de la plaza de Colón, en pleno centro de la capital.

Y precisamente aprovechando la inauguración de esta muestra tenemos la oportunidad de mantener una conversación con Matthias Harsch, CEO y máximo responsable de la compañía sobre cuyo presente y futuro queremos preguntarle, empezando por saber qué resulta especial trabajar en una empresa con un legado como el de Leica.

"Te obliga a pensar en todo de otra manera y a hacer las cosas de un modo diferente –nos responde Harsch–, por un lado es un gran apoyo para el negocio, no se puede construir una marca como esta en el corto plazo e incluso dudo de que hoy en día fuese posible", asegura.

El "equilibrio entre innovación y tradición"

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Harsch, durante la inauguración de la exposición de Leica en Madrid | C.Jordá

Pero no todo son ventajas: "El legado también exige cuidado, no basta con él para construir el futuro, siempre hay que encontrar un buen equilibrio entre innovación y tradición, entre esa innovación y los valores centrales" de la empresa, cuya definición es "clave" para el ejecutivo.

Harsch nos explica detalladamente esos "tres pilares": "El primero es la calidad, ya sea en una app digital o en una cámara de gama alta, y siempre con el mismo lenguaje de diseño. La gente debe poder decir: Ah, eso es una Leica’".

"La segunda es el diseño, que muchas veces nos lleva a rechazar proyectos que podrían ser rentables, pero que no transmiten la experiencia Leica", asegura. Algo que, además, no se queda solo en los objetos físicos: "Incluso en productos digitales como nuestra nueva app Leica LUX, intentamos llevar este lenguaje al mundo digital".

Finalmente, la tercera pata de esos pilares es "la artesanía", porque "no somos un productor masivo" y, tal y como nos dice poniendo un especial énfasis en las palabras, "tratamos de reflejar en cada producto la importancia del trabajo humano"; y además, la creación de "ediciones limitadas, personalizaciones; algo que no tiene nada que ver con la producción en masa". "Siguiendo estos tres elementos", concluye Harsch, "el legado se puede proyectar hacia adelante".

Lo siguiente que le consultamos al directivo de Leica es cómo el mercado de la fotografía ha cambiado de forma brutal en las últimas décadas, con una revolución tecnológica permanente que queremos saber si ha llegado a su fin. Desde luego, él no lo ve así: "No lo creo, el único elemento estable en el mundo es el cambio", nos dice, recordando que "en los 2000 vivimos la gran transición de lo analógico a lo digital" en la que "la empresa sobrevivió gracias al apoyo de nuestro accionista principal, de la familia, de recursos financieros; de lo contrario no existiríamos hoy".

Harsch recuerda que ya en su momento se pensaba "que el smartphone era el gran enemigo de la cámara", pero ellos vieron "ya en 2015 o 2016 que era mejor cooperar que resistirse" y en los últimos 10 años Leica "ha trabajado mucho en diseño de cámaras para móviles, y hoy somos muy fuertes ahí".

La IA, una revolución "incluso mayor" que la digital

Para él "la próxima ola es la fotografía computacional con IA", que ve como "un cambio enorme" con dos impactos, "desde el lado del usuario, porque alguien puede generar imágenes en minutos con IA en lugar de viajar y hacer un reportaje", lo que "transforma la profesión"; y "desde el lado técnico porque ayudará a obtener mejores fotos y a que los usuarios logren mejores resultados como fotógrafos".

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El CEO de Leica con un modelo de la compañía | C.Jordá

Harsch incluso cree que la revolución de la IA puede ser "incluso mayor" de la que supuso la fotografía digital, pero se muestra tranquilo: "Algunos apostaban porque solo las grandes tecnológicas sobrevivirían, pero Leica sigue aquí, y con buenos resultados".

La siguiente pregunta casi se hace sola: ¿Cuál es el secreto? La respuesta probablemente sorprenderá a algunos porque una de las cosas que destaca Harsch es su red propia de distribución: "Tenemos unas 120 tiendas en el mundo, que funcionan como centros de desarrollo, de comunidad, la gente va allí, comparte experiencias, nos recomienda…".

Para él es fundamental porque "como empresa mediana no podemos gastar millones en marketing", pero, a cambio, lo que ofrecen "es un paquete completo: hardware, formación, academias, exposiciones...". Así, "si te enamoras de la fotografía te enamoras de los fotógrafos y eso termina acercándote a Leica". Porque tal y como nos dice con un gesto evidente de satisfacción, "sí, puedes comprar una cámara por 500 dólares en vez de una Leica por 4.000, pero muchos terminan con nosotros porque buscan algo más".

¿Y qué es ese algo más? "Leica no es solo producto, también es comunidad y marca", explica Harsch, "a veces nos preguntan si somos lujo o premium y sí, somos los más caros, pero la gente encuentra razones para pagar más y el precio refleja lo que ofrecemos: tiendas propias, formadores, exposiciones, experiencia de usuario...".

Y sobre todo recalca que "lo que aporta valor no es solo la cámara en sí, sino la experiencia completa que tiene el fotógrafo al usarla, desde "la calidad de imagen al diseño, pasando por la sensación de uso, la fabricación artesanal… Y sobre todo –reivindica– la simplicidad de una experiencia limpia, distinta de muchas cámaras japonesas llenas de menús y botones".

La "experiencia" de usar una cámara

Además, nos recuerda que aunque los precios de Leica son un asunto no exento de controversia, "no fijamos un precio arbitrario" sino que "lo que buscamos es ser rentables para poder reinvertir y seguir innovando" y que, de hecho, lo hacen "en todas las líneas".

Al hilo de esto, Harsch nos habla de los cuatro tipos de cámaras que la compañía tiene en estos momentos en el mercado –la serie Q, que tiene lente fija y que según él es "quizá la cámara más perfecta del mundo"; las SL, más para profesionales; las históricas M, "el corazón de nuestra tradición"; y las compactas D-Lux– y nos explica que, ya sea con uno o con otro modelo, hay algo intangible que transmiten esos productos: "Muchos nos dicen que con el smartphone sacan fotos, pero cuando usan una cámara, su mirada cambia, la experiencia es otra".

Esa experiencia que transmite a los usuarios, su capacidad para innovar, sus alianzas tecnológicas y el "acceso directo a los consumidores" del que ha presumido durante la entrevista hacen que Matthias Harsch sea muy optimista sobre Leica: "Tenemos una posición muy favorable para el futuro".

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