Javier Milei ha vencido en las elecciones legislativas de este pasado domingo, después del batacazo de las elecciones de octubre en la provincia de Buenos Aires, cuando perdió por 13 puntos. Acosado por casos de corrupción y una aparente parálisis política para atacar cualquier sombra de sospecha, se llevó un fuerte correctivo electoral. Después de eso, más de lo mismo: Milei ha combinado sus convicciones en materia de reformas con excentricidades como el concierto que ofreció el 6 de octubre ante 15.000 personas como si fuera una estrella del rock.
Pero, quizá por el miedo al regreso del peronismo, o quizá animados a darle una segunda oportunidad, los electores, en las elecciones con menor participación desde el regreso de la democracia a Argentina, ha conseguido una victoria que coloca al líder de la Libertad Avanza en el mejor contexto posible para pisar el acelerador a sus reformas liberales para convertir, como prometió, a Argentina en uno de los países más prósperos y libres del mundo.
Sin embargo la amenaza peronista sigue ahí. El propio gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicilloff, una de las principales amenazas, ha advertido que ellos siguen ahí y que tratarán de descabalgar al libertario. Ahora, el reto de Milei es mayúsculo y sólo por algunas promesas: el pasado 8 de junio, en su visita a España para apoyar el Madrid Economic Forum, Javier Milei prometió emprender una bajada de impuestos sin precedentes. Veremos si lo cumple.

