
Vox lleva este jueves al Pleno de la Asamblea de Madrid la derogación de la Ley 2/2016 de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación, conocida como Ley Trans, aprobada durante el gobierno de Cristina Cifuentes.
Es la principal baza electoral y de presión al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso con la que cuentan los de Santiago Abascal en Madrid y ya durante la sesión de control Rocío Monasterio puso el acento en esta cuestión: "La infame Ley Trans que mantiene en la Comunidad permite que menores sean hormonados sin permiso de sus padres. Qué datos tiene sobre estos procesos", preguntó a la presidenta.
La jefa del Ejecutivo regional le respondió que esta hormonación se lleva practicando "desde hace 16 años en el ámbito hospitalario, por médicos especialistas en endocrinología y pediatría y acompañados de psicólogos" y "no se ha aplicado ninguna cirugía a ningún menor". "La ley se ha aplicado con responsabilidad y, desde luego, no hemos sido un Gobierno que ha fomentado estas agendas".
A Monasterio no le valió la respuesta y decidió, entonces, citar al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo: "La Ley Trans es otra chapuza legal que sigue el camino de la norma del sólo sí es sí. Sirve para dividir al feminismo y faltar el respeto a las mujeres. Es una ley que va contra los médicos, juristas, contra el colectivo feminista y contra los padres y madres para imponer la ideología minoritaria al sentido común de los ciudadanos". Y concluyó señalando: "Hoy deben decidir de qué lado están".
Ayuso, por su parte, quiso remarcar lo que para ella es esencial en esta cuestión: el "rigor". Así, apuntó que "esta moda no depende sólo de estas leyes. Se está fomentando a través de las plataformas audiovisuales", como los móviles o la televisión. "Estas modas que son tan agresivas, impositivas e internacionales están haciendo mucho daño a los adolescentes".
La presidenta madrileña no desveló de forma nítida el sentido del voto de su grupo parlamentario pero recordó que "siempre" ha manifestado que "esta ley se debe modificar, se tiene que reformar" y que "en cuanto se aprobara una ley nacional deberíamos estudiar cómo paliar los efectos negativos de la misma, que es como hicimos, por ejemplo, con la ley de educación", añadió. Pero no es lo que planeta Monasterio. A la portavoz de Vox no le vale con una modificación del articulado de la norma. Quiere su derogación.
"Nosotros vamos bien en abrir este debate y en tomar en consideración su propuesta, pero señoría, llega tarde y, por tanto, tendrá que ser el PP en la siguiente legislatura quien elimine esta ley y la modifique por una más sensata", añadió dejando así la puerta abierta a votar de manera favorable a la propuesta de Vox. No obstante, fuentes populares no quisieron aclarar el sentido de su voto. "De momento, no desvelamos nuestra posición", señalaron a Libertad Digital. Todo hace indicar que votarán a favor, pero siendo conscientes de que no da tiempo y que, por tanto, ellos mantendrán la voz cantante en esta cuestión.
Y es que desde el grupo dirigido por Pedro Muñoz Abrines llevan días insistiendo en que los plazos son ajustados: la legislatura termina el 23 de marzo por lo que, aunque este jueves votaran a favor de la toma en consideración de la iniciativa de Vox, tendrá después que someterse al plazo de enmiendas. Sólo entonces se produciría el debate para su aprobación definitiva en la Asamblea de Madrid.
La falta de "coherencia" de Vox
"Este problema va mucho más allá de las leyes y las leyes las sostienen los parlamentos, no los gobiernos; por tanto, no sé qué ha hecho todo este tiempo", añadió Ayuso que pasó a continuación a afearle a Monasterio su falta de coherencia.
Pido coherencia a Vox. pic.twitter.com/LiouF9ux0g
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) March 2, 2023
"Coherencia no es que su portavoz en el Congreso de los Diputados (Iván Espinosa de los Monteros) pida hacer España atractiva a los inversores mientras usted bloquea aquí todas las iniciativas de mi Gobierno en este sentido. Y coherencia también sería apoyar al Gobierno de la Comunidad de Madrid cuando está sufriendo el ataque de Sánchez con el impuesto de Patrimonio. Y coherencia no es su discurso de la boina de los de aquí frente a los de fuera porque, señora Monasterio, estamos en Madrid. Y coherencia no es boicotear la deducción fiscal para inversores cuando resulta que está afectando también a las familias madrileñas, las de aquí que ahora están viviendo fuera, porque están tan obsesionados con los de fuera que no dejan de hacer daño a los de fuera y a los de dentro".
Y "coherencia tampoco es ponerse a la cabeza de las manifestaciones, por ejemplo con el tema de los médicos, cuando usted ha bloqueado los Presupuestos de la Comunidad de Madrid, impidiendo (la mejora de) sus condiciones laborales; impidiendo una agencia de ciberseguridad o unirse con toda la izquierda para intentar impedir la construcción de la línea 11 del metro".
Ayuso concluyó: "Vox ha decidido liderar una lucha contra el PP: desde aquí, poniéndose usted a la cabeza y el señor Tamames, desde el Congreso. Incomprensible".


