Los puentes han volado por los aires. Isabel Díaz Ayuso ha decidido vetar a cualquier representante del Ejecutivo de Pedro Sánchez en los actos del Dos de Mayo. "El Gobierno ataca sin piedad a la Comunidad de Madrid. No sé por qué espera que tenga alguna invitación", resumen fuentes de Sol.
Las celebraciones del Dos de Mayo son una historia de desencuentros entre ambas administraciones desde hace algunos años. De hecho, la representación gubernamental del pasado ya fue reducida: sólo recibieron invitación el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, y el delegado del Gobierno, Francisco Martín, con quien la presidenta pero también el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, y el PP de Madrid ya han roto relaciones.
Y es que veníamos del rocambolesco episodio protagonizado por el ministro Félix Bolaños el año anterior, quien también en 2022 deslució el acto al desviar el foco cuando Moncloa anunció esa misma mañana el espionaje de Pegasus a miembros del Ejecutivo.
Además, hace dos semanas el jefe de gabinete de la ministra de Defensa se puso en contacto con el Gabinete de Presidencia de la Comunidad de Madrid para trasladarles que este año no se celebraría la tradicional parada militar en el Kilómetro Cero, algo que ha ocasionado un hondo malestar en Sol.
La razón dada después públicamente por la ministra Margarita Robles es que ese acto central "no es un acto estrictamente militar". Un problema nuevo, pues los efectivos militares venían participando de forma habitual y sin polémica alguna desde que Joaquín Leguina (PSOE) instaurase este desfile cívico-militar por el Dos de Mayo durante los años en los que estuvo al frente del Gobierno regional (1983-1995).
La ministra criticó también que en 2024 Ayuso pasase revista a la fuerza usando como música de fondo un pasodoble. Exactamente, una versión del chotis "Madrid", que fue compuesto por el mexicano Agustín Lara. Un hecho que no fue novedoso, pues también se hizo un año antes, en 2023, cuando la propia ministra asistió al acto y entonces no alzó la voz para criticar el uso de esa pieza musical en esa parte de la parada militar que, por otra parte, no se decide desde la Comunidad sino desde Defensa.
La presidenta le envió una carta a Robles en donde le pedía que reconsiderase su decisión porque "cancelar la participación del Ejército precisamente en los actos de conmemoración del 2 de Mayo, supone un golpe sin precedentes a los madrileños y al propio Ejército, en su celebración regional más señalada".
En Sol aún esperan su respuesta. Pero a este agravio se ha sumado en las últimas horas otro más, el detonante que ha terminado de inclinar la balanza. Fuentes del Ejecutivo madrileño aseguraron este mismo jueves que el Ministerio de Defensa ha vetado a la presidenta en una jura de bandera de civiles organizada por la Brigada Guadarrama XII (BRIXII) del Ejército de Tierra este sábado en Alcobendas. Ayuso había sido invitada por la alcaldesa de este municipio, la popular Rocío García Alcántara, hace meses. Precisamente la presidenta "juró allí bandera hace siete años" cuando era viceconsejera de Justicia, explicaron dichas fuentes. Pero desde Defensa se comunicó que "si acude Ayuso, se cancela", aseguraron. La alcaldesa mantuvo la invitación y entonces Defensa "cambió de criterio" pero trasladó que "si la presidenta acude, en ningún caso presidirá el acto". A pesar de estas presiones, cambios y vetos, la presidenta "acudirá" a la jura de bandera, afirmaron desde Sol.
Un hecho que poco después confirmó el propio Ministerio de Defensa, que explicó a través Europa Press que la presidenta de la Comunidad de Madrid puede acudir a la cita como invitada, pero que en ningún caso va a presidir el mismo. El departamento dirigido por Robles se estaría acogiendo a la legislación vigente que a este respecto no obliga a que tenga que ser la autoridad política superior la que presida un acto militar aunque la costumbre es que así sea y no se ha puesto impedimento alguno en otras muchas ocasiones por parte de Defensa.
La situación es inédita. Las relaciones institucionales están completamente rotas. Y el Dos de Mayo, fecha habitualmente cargada de polémica, volverá a estar marcada por la confrontación absoluta entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno.