Cientos de personas sin hogar se acomodan cada noche en las largas y encendidas pasarelas de las terminales del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Las mantas se extienden sobre el suelo y el que puede, se acomoda con una almohada, una colchoneta o hasta un pequeño colchón hinchable. A pesar de que es una práctica que algunos llevan realizando años, estos últimos meses la situación se ha agravado y ya son, al menos 500 —según las cifras oficiales— las personas que pernoctan en la entrada internacional de España.
La imagen impacta a los turistas. "La verdad es que da impresión, se ve que la situación económica no está buena", ha explicado una turista argentina en declaraciones a Libertad Digital. No vio a personas sintecho durmiendo en el Aeropuerto de Buenos Aires, por lo que pensó que, a pesar de lo que había escuchado sobre nuestro país —probablemente sería aquello de que "la economía española va como un cohete"—, la situación económica de España es peor que la del país gobernado por Javier Milei.
Del mismo modo se ha pronunciado una persona que procedía de El Salvador, que ha aseverado que ha tenido que venir "hasta acá" para conocer esta realidad que arrastra a más de medio millar personas en el día a día. "Da una imagen muy triste y es un reflejo de la sociedad actual", ha destacado otra de las personas preguntadas por este diario a su llegada a la Terminal 4 de Barajas.
Esta sensación se ha intensificado desde el pasado marzo, cuando Aena reconoció el problema y amenazó públicamente con desalojar a las personas sin hogar de las terminales después del incremento notorio de las personas sintecho que habitaban Barajas. Esta idea fue abortada temporalmente por la institución hasta que, posteriormente, los trabajadores comenzaron a denunciar una falta de higiene palpable en el ambiente que colmaron las plagas de chinches, piojos y sarna.
"Aena no hace nada"
En este contexto, antes de preguntar a los trabajadores aeroportuarios que han sido afectados por la situación, este periódico ha querido recibir indicaciones de un excoordinador de un área determinada de Barajas, que ha advertido la necesidad de que los trabajadores que responden ante la organización dependiente de Enaire —y, por tanto del Ministerio de Transportes— no muestren su cara, su nombre o su voz para no ser reconocidos: "Aena es como una mafia, si levantas la cabeza, te echan".
Por ello, una trabajadora del área de limpieza nos atiende de forma anónima para relatar cómo una compañera suya sufrió las consecuencias de la actitud que muestran algunos de los sintecho que pernoctan en el aeropuerto. Fue atacada por una persona sin hogar que le tiró sus heces a la cara, algo que pudo esquivar. Posteriormente, tras denunciar la situación y que se produjese el trámite judicial pertinente, esta volvió a encontrarse con el atacante, que le pidió disculpas. Ante la negativa a aceptar las disculpas del denunciado, este la amenazó asegurándole que debía tener cuidado a la salida de su lugar de trabajo. "Aena no hace nada al respecto", ha sentenciado esta trabajadora.
Por otra parte, otra de las personas interrogadas por LD, una azafata de una conocida y prestigiosa aerolínea, ha reconocido haber escuchado rumores acerca de las plagas de sarna o piojos que han asolado Barajas en las últimas semanas —algo que ha negado Aena—. De hecho, uno de los sintecho con los que ha tenido la oportunidad de conversar LD ha reconocido haber sufrido sarna y ha confirmado la existencia de una plaga de chinches; si bien ha asegurado que esta ya no era un problema tras la desinfección que habría realizado el gestor de aeropuertos.
Diversidad en el sinhogarismo
En este sentido, otras de las personas sin hogar que no han querido ofrecer ni su voz ni su imagen para este videorreportaje han explicado que, al tiempo que hay personas pacíficas que simplemente buscan pernoctar en un sitio seguro como es el aeropuerto, también existen personas problemáticas que consumen drogas o alcohol y cuyo comportamiento es nocivo para trabajadores, turistas y semejantes en situación de vulnerabilidad económica. Estas mismas fuentes han negado la existencia de venta de las drogas que sí reconocen que consumen otras personas o de la práctica de la prostitución en los baños de Barajas, rumores que han circulado los últimos días en torno a la Terminal 4.
Además, ya se encuentren sin hogar por unas u otras circunstancias y aunque algunos lleven hasta cuatro años durmiendo en las terminales aeroportuarias, todas las personas sintecho con las que se ha conversado coinciden en que su situación personal es temporal. La justificación más recurrente es la de que los albergues que ofrecen las administraciones públicas o bien están colapsados o bien no son seguros.
Controles reforzados en Barajas
Por su parte, tras más de quince intervenciones cruzadas en las que Aena y el Ayuntamiento de Madrid se acusaban mutuamente de "dejación de funciones" y una carta en la que el presidente de la gestora aeroportuaria, Maurici Lucena, pedía una reunión con el alcalde madrileño, José Luis Martínez-Almeida, Aena ha reforzado los controles de seguridad. Mientras que antes eran aleatorios, a partir de este miércoles 21 de mayo, se han reducido los accesos a Barajas y estos se encuentran controlados por el personal de seguridad, que no deja pasar a ninguna persona que no tengan un billete de avión.
A pesar de que este control estaba anunciado entre las 21 horas de la noche y las 5 horas de la madrugada siguiente, las instrucciones —según ha desvelado el personal de seguridad a este diario— han sido que los controles se hiciesen desde a partir de las 18 horas. Así, muchas de las personas que pensaban pernoctar en el aeropuerto esa noche no han podido hacerlo sin que se les haya ofrecido otra alternativa.
Acuerdo en el censo
En estas circunstancias ha tenido lugar entre Ayuntamiento y Aena, en la que no ha habido grandes avances a pesar de su "carácter urgente"; si bien se ha llegado a una tregua para intensificar la colaboración entre administraciones y mantener los controles al aeropuerto. Todo ello, al tiempo que se han comprometido a "superar" sus diferencias, realizar un censo de las personas que pernoctan en el aeropuerto y buscar soluciones para revertir una situación"socialmente insostenible".