L D (Agencias)
El incidente más grave tuvo lugar la pasada madrugada cuando centenares de combatientes del FMLI atacaron instalaciones gubernamentales en las localidades de Kulumbugan y Mailo, en la provincia de Lanao del Norte, y en su huida interceptaron un autocar. Según el portavoz militar, teniente coronel Renoir Pascua, los rebeldes interceptaron el vehículo con intención de usar a los pasajeros como escudos humanos y la acción se saldó con la muerte de doce civiles, entre ellos el conductor, y al menos una veintena de heridos.
Durante la persecución, en la que el Ejército empleó dos helicópteros de combate y cuatro vehículos blindados, fallecieron tres rebeldes. Esta versión difiere de la facilitada por varios portavoces del FMLI, que admitieron que se vieron obligados a disparar sobre el vehículo después de que el conductor intentara atravesar un control instalado por los rebeldes. Abdulrahman Macapaar, un comandante del FMLI, admitió que dos civiles perecieron como resultado de los disparos y que retienen en su poder numerosos rehenes, sin facilitar cifras.
El teniente coronel Pascua no desmintió este extremo y añadió que aún tratan de verificar si los rebeldes mantienen civiles cautivos. En otro incidente ocurrido el miércoles por la noche, cuatro personas murieron y otras 15 resultaron heridas cuando el vehículo en el que viajaban pisó dos minas terrestres enterradas en el área de Carmen, a unos 930 kilómetros al sureste de la capital filipina. El general Generoso Senga señaló que los artefactos fueron colocados por miembros del FMLI.
En este sentido, el portavoz oficial del FMLI, Eid Kabalu, declaró a los medios locales que sus acciones son la continuación de la "defensa activa contra las fuerzas militares". Las escaramuzas entre separatistas y militares en Mindanao se han intensificado desde que el pasado febrero el Ejército tomase por la fuerza una base rebelde en el área de Pikit, en una operación que causó la muerte de unos 200 guerrilleros y el desplazamiento de 80.000 civiles. La acción militar dio lugar también a que el FMLI abandonase las negociaciones de paz que mantenía con Manila desde agosto del 2001.
Durante la persecución, en la que el Ejército empleó dos helicópteros de combate y cuatro vehículos blindados, fallecieron tres rebeldes. Esta versión difiere de la facilitada por varios portavoces del FMLI, que admitieron que se vieron obligados a disparar sobre el vehículo después de que el conductor intentara atravesar un control instalado por los rebeldes. Abdulrahman Macapaar, un comandante del FMLI, admitió que dos civiles perecieron como resultado de los disparos y que retienen en su poder numerosos rehenes, sin facilitar cifras.
El teniente coronel Pascua no desmintió este extremo y añadió que aún tratan de verificar si los rebeldes mantienen civiles cautivos. En otro incidente ocurrido el miércoles por la noche, cuatro personas murieron y otras 15 resultaron heridas cuando el vehículo en el que viajaban pisó dos minas terrestres enterradas en el área de Carmen, a unos 930 kilómetros al sureste de la capital filipina. El general Generoso Senga señaló que los artefactos fueron colocados por miembros del FMLI.
En este sentido, el portavoz oficial del FMLI, Eid Kabalu, declaró a los medios locales que sus acciones son la continuación de la "defensa activa contra las fuerzas militares". Las escaramuzas entre separatistas y militares en Mindanao se han intensificado desde que el pasado febrero el Ejército tomase por la fuerza una base rebelde en el área de Pikit, en una operación que causó la muerte de unos 200 guerrilleros y el desplazamiento de 80.000 civiles. La acción militar dio lugar también a que el FMLI abandonase las negociaciones de paz que mantenía con Manila desde agosto del 2001.