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El retrato de la "obsesiva" Cristina Kirchner

La presidenta argentina utiliza la memoria de su marido para ganarse el cariño de los argentinos. Es adicta a la moda, las joyas y el oro.

Cristina Kirchner ha saltado a las portadas de toda la prensa española, argentina y también del resto del mundo por su capricho de expropiar la petrolera YPF con el objetivo de nacionalizarla. Su decisión ha sido criticada por el Gobierno español y también por la UE.

Pero, ¿quién es realmente Cristina Fernández de Kirchner? La Otra Crónica de El Mundo realiza un retrato psicológico de la presidenta de argentina, un perfil que muestra a una política caprichosa y obsesiva.

Cristina inventó el mito de Kirchner (su ahora fallecido marido) para poder gobernar ganándose el favor de los habitantes de un país donde cada vez la pobreza es más acuciante.

La nueva Cristina también lo es físicamente, con sus labios y pómulos más carnosos. Y si algo destaca de ella en todo momento es su crónico malhumor con la prensa. Los que la conocen saben su obsesión de considerar dignos de ella a aquellos que la rodean y apoyan. Ella los llama "los que son como nosotros".

Una vez que Néstor la nombró sucesora, Cristina comenzó a reinventarse para ser la dirigente de Argentina. Y para ello contó con la ayuda de María Teresa Fernández de la Vega o Trinidad Jiménez, entre otras.

Los Kirchner, a diferencia de los Medem, no optaron tanto por la ostentación sino más bien por el secretismo y el hermetismo. Pero en cuanto Cristina fue elegida presidenta no tardó en comprarse un apartamento de dos millones de dólares en Puerto Madero.

Aunque quizás su principal obsesión ahora sea la ropa y eso que opta mucho por el negro en honor a su marido fallecido. Como presidenta quizás su principal aportación está siendo hacer crecer su guardarropa puesto que se cambia por lo menos tres veces al día. "Para ser buena política no hace falta disfrazarse de pobre", dice a los que le recuerdan sus repetidos cambios de look.

Sus otras obsesiones son París, los abrigos de piel y las joyas. Es una apasionada del oro y durante la campaña electoral lucía joyas por valor de un coche de alta gama. De hecho, su fascinación por las compras la llevó a conseguir que le abrieran un centro comercial en Madrid a las 22:30 horas.

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