
LD (EFE) La muerte de 45 civiles y 64 terroristas talibanes en el distrito de Gerishk, provincia afgana de Helmand, durante el bombardeo lanzado por las fuerzas armadas de la OTAN, han motivado la apertura de una investigación ordenada por el presidente Hamid Karzai.
Según un comunicado oficial del Gobierno afgano, los terroristas emboscaron en la zona un convoy de las fuerzas afganas e internacionales que se dirigían al pueblo de Haidarabad. Ante el acoso de los aliados, los talibanes se refugiaron en varias casas que finalmente fueron objetivo de la aviación estadounidense que acudió en apoyo de las tropas de la ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad). El ataque también dejó cincuenta heridos.
La comisión de investigación está formada por diputados de la provincia de Helmand que se han trasladado al lugar del suceso para recabar datos y presentar un informe. El comunicado añade que "según informes, un número de civiles murió y varios resultaron heridos durante operaciones antiterroristas ejecutadas por fuerzas de la coalición en el distrito de Gerishk, de la provincia de Helmand".
El presidente afgano ya había denunciado con anterioridad las muertes de civiles, que calificó como "inaceptables". De hecho, pronunció un duro discurso contra las operaciones militares del pasado día 23 de junio, en el mismo distrito de Gerishk, que se cobró la vida de veinticinco civiles: "Uno no combate a los terroristas disparando armamento desde una distancia de 37 kilómetros contra un objetivo. Eso, definitivamente, causará víctimas civiles".
