
LD (EFE) Gordon Brown, primer ministro británico, ordenó a sus colaboradores una revisión urgente del caso planteado por 91 intérpretes iraquíes y sus familias, que quieren asilarse en el Reino Unido tras la salida de las tropas británicas de Irak.
Los intérpretes, considerados por los grupos terroristas iraquíes como "traidores", temen ser objeto de represalias si se quedan en su país, y han pedido a las autoridades británicas que les permitan establecerse en el Reino Unido. La intervención personal de Brown se produce a raíz de una información del diario The Times, según la cual el Gobierno laborista quería abandonar a su suerte a esos intérpretes.
Centenares de intérpretes y otros iraquíes a sueldo de las Fuerzas Armadas británicas han sido secuestrados, torturados o asesinados durante los últimos cuatro años, recordaba el periódico. The Times contrastaba la actitud negativa de Londres con la de Dinamarca, que ha concedido asilo a sesenta colaboradores iraquíes y a sus familias, o EEUU, país que se dispone a acoger a siete mil refugiados del país árabe.
