L D (Agencias)
El Ministerio de Interior y Justicia (MIJ) será el encargado de hacer cumplir la salida de los misioneros, asentados principalmente en el estado selvático de Amazonas, en el extremo sur del país. "Se van de Venezuela las Nuevas Tribus. No queremos atropellarles. Les daremos un plazo para que recojan sus cosas y se vayan. Es una decisión irrevocable. Me importa un bledo la reacción que pueda haber en los centros del poder imperial", expresó Chávez el 12 de octubre del 2005.
El mandatario sostuvo entonces que bajo la apariencia de misioneros actuaban agentes de la CIA (Servicio Central de Información estadounidense) que suministran "información sensible" de estas zonas y de la cuenca del Orinoco. Un mes después, el MIJ revocó el permiso concedido en 1953 a los misioneros. El pasado 6 de diciembre, un representante de las Nuevas Tribus presentó un recurso ante el Tribunal Supremo, sobre el que no se ha pronunciado aún, para que anule la revocación del permiso que les permitió desarrollar "labores de acercamiento y civilización de comunidades indígenas".
El grupo lo forman unos 160 misioneros de diversas nacionalidades instalados en varios de los 20 diferentes grupos étnicos que existen en Venezuela y que cuentan una población de alrededor de 350.000 personas, de los 24 millones de habitantes del país. Chávez dijo que las Nuevas Tribus son una "verdadera penetración imperialista, vergonzosa y dolorosa, que además explotan a los indios en nuestra propia casa".
El Consejo Evangélico de Venezuela (CEV), la Confederación Evangélica Pentecostal (CEPV), la Confederación Nacional Bautista (CNB) y otras organizaciones sostuvieron entonces que, "de comprobarse las irregularidades señaladas, estaríamos de acuerdo con la medida", pero reiteraron que las acusaciones debían ser probadas. El mandatario recordó que desde hace décadas, la Iglesia Católica, antropólogos, sociólogos, militares y otras instancias denuncian que "Nuevas Tribus" explota a los indígenas, denigra sus costumbres y mantiene enclaves con pistas de aterrizaje e incluso ha trabajado en labores de prospección de oro, cuarzo y uranio.
El mandatario sostuvo entonces que bajo la apariencia de misioneros actuaban agentes de la CIA (Servicio Central de Información estadounidense) que suministran "información sensible" de estas zonas y de la cuenca del Orinoco. Un mes después, el MIJ revocó el permiso concedido en 1953 a los misioneros. El pasado 6 de diciembre, un representante de las Nuevas Tribus presentó un recurso ante el Tribunal Supremo, sobre el que no se ha pronunciado aún, para que anule la revocación del permiso que les permitió desarrollar "labores de acercamiento y civilización de comunidades indígenas".
El grupo lo forman unos 160 misioneros de diversas nacionalidades instalados en varios de los 20 diferentes grupos étnicos que existen en Venezuela y que cuentan una población de alrededor de 350.000 personas, de los 24 millones de habitantes del país. Chávez dijo que las Nuevas Tribus son una "verdadera penetración imperialista, vergonzosa y dolorosa, que además explotan a los indios en nuestra propia casa".
El Consejo Evangélico de Venezuela (CEV), la Confederación Evangélica Pentecostal (CEPV), la Confederación Nacional Bautista (CNB) y otras organizaciones sostuvieron entonces que, "de comprobarse las irregularidades señaladas, estaríamos de acuerdo con la medida", pero reiteraron que las acusaciones debían ser probadas. El mandatario recordó que desde hace décadas, la Iglesia Católica, antropólogos, sociólogos, militares y otras instancias denuncian que "Nuevas Tribus" explota a los indígenas, denigra sus costumbres y mantiene enclaves con pistas de aterrizaje e incluso ha trabajado en labores de prospección de oro, cuarzo y uranio.
