
LD (EFE) Trece personas han muerto en un enfrentamiento entre bandas de narcotraficantes en una céntrica zona de Río de Janeiro, horas después de que un tiroteo entre policías y vendedores de drogas dejara otros seis muertos en un barrio de la zona oeste. Esos nuevos sucesos tiene lugar un día después de que el gobernador, Sergio Cabral, se reuniera con los ministros de Justicia, tarso Genro, y de Defensa, Waldir Pires, así como con los comandantes de las Fuerzas Armadas, para negociar la posible participación de militares en tareas de combate al crimen.
Cabral pidió ayuda al Ejército para que, por un periodo de al menos un año, los militares se encarguen de la seguridad en áreas aledañas a cuarteles y en las carreteras que cruzan el estado. Las autoridades de Río de Janeiro esperan que el refuerzo militar comience antes de los Juegos Panamericanos que la ciudad organizará en julio próximo.
La solicitud del gobernador ya recibió el aval del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, pero depende de negociaciones para definir cuántos militares participarán en las acciones, cuál será su papel y en qué áreas actuarán. Lo único que fue decidido en la reunión del lunes fue el envío a Río de Janeiro de nuevos refuerzos policiales procedentes de todo el país. Unos 5.600 miembros de la Fuerza Nacional de Seguridad desembarcarán en Río de Janeiro entre la próxima semana y finales de mayo para ayudar en la lucha contra el crimen organizado y garantizar la seguridad durante los Panamericanos.
Diecinueve muertos
El hecho más grave en las últimas horas ocurrió en la favela del morro de la Mineira, a pocos kilómetros de la sede del Gobierno regional y del sambódromo (escenario del desfile de las escuelas de samba), cuando un grupo de narcotraficantes intentó apoderarse de los puntos de venta de drogas de una banda rival. El enfrentamiento a tiros se prolongó durante varias horas y, además de los trece muertos, dejó tres personas heridas, víctimas de balas perdidas.
La Policía informó además de que once personas fueron detenidas, acusadas de integrar las bandas que se enfrentaron entre si, y se incautó de ocho fusiles, cuatro pistolas y dos granadas. Los invasores al parecer son miembros del llamado Comando Vermelho (Comando Rojo), considerada una de las mayores organizaciones criminales de Brasil y que controla el tráfico de drogas en la mayoría de las favelas de Río de Janeiro.
