L D (EFE)
Las explosiones, por su magnitud, hicieron que en algunos casos los cuerpos destrozados de las víctimas saltaran por los aires y llegaran hasta el mar. El Primer Ministro adjunto, Lal Krishna Advani y la líder de la oposición Sonia Gandhi visitaron el lugar de los atentados y los hospitales donde están numerosos heridos. Advani prometió 50.000 rupias (unos mil euros) para cada familia afectada por la tragedia y aseguró que se busca intensamente a los culpables. Gandhi reprochó al gobierno no hacer un mayor esfuerzo para proteger a sus ciudadanos y pidió que se refuerce la seguridad en todos los lugares estratégicos.
La policía de Bombay dijo tener pistas de los atacantes tras interrogar al chófer del taxi que explotó cerca de la "Puerta de la India". Según su testimonio, varios pasajeros le pidieron que les llevara hasta dicho monumento y una vez allí, le dijeron que les esperara mientras ellos entraban a un restaurante a comer. El chófer salió entonces a dar un paseo y vio su automóvil explotar desde lejos. La policía intenta identificar a esos pasajeros.
Por otra parte, la policía informó que la pasada noche encontró nueve detonadores de minas en la vía de ferrocarril que va de Bombay a Nashik, un relevante punto de peregrinación para feligreses hindúes que celebran una importante festividad el miércoles. La policía de Bombay confirmó que en los atentados no hubo víctimas extranjeras y que sólo dos ciudadanos de origen yemení sufrieron heridas leves, a pesar del temor inicial ya que las explosiones tuvieron lugar en lugares muy frecuentados por turistas.
Hasta ahora, ningún grupo se ha responsabilizado de la autoría de los atentados, y las sospechas apuntadas por medios locales abarcan desde grupos separatistas de Cachemira a extremistas como el Movimiento Islámico de los Estudiantes de la India (SIMI, en sus siglas en inglés). El viceprimer ministro indio recordó que el SIMI ha asumido la autoría de varios atentados en el último año. El gobierno de Pakistán, al que India ha relacionado con anteriores ataques de grupos radicales en su país, condenó los atentados en Bombay que causaron víctimas inocentes. Los atentados en Bombay han sido los más sangrientos en la India desde marzo de 1993, cuando la explosión de varias bombas mataron a casi 300 personas.
En Bombay la normalidad volvió a la vida cotidiana, donde la Bolsa de Valores recuperó rápidamente la mitad de los 130 puntos que perdió el lunes tras los atentados. También las comunicaciones ferroviarias, aéreas y terrestres recobraron la actividad, aunque se reforzó la vigilancia en las principales ciudades del país, donde continua la alerta policial.
La policía de Bombay dijo tener pistas de los atacantes tras interrogar al chófer del taxi que explotó cerca de la "Puerta de la India". Según su testimonio, varios pasajeros le pidieron que les llevara hasta dicho monumento y una vez allí, le dijeron que les esperara mientras ellos entraban a un restaurante a comer. El chófer salió entonces a dar un paseo y vio su automóvil explotar desde lejos. La policía intenta identificar a esos pasajeros.
Por otra parte, la policía informó que la pasada noche encontró nueve detonadores de minas en la vía de ferrocarril que va de Bombay a Nashik, un relevante punto de peregrinación para feligreses hindúes que celebran una importante festividad el miércoles. La policía de Bombay confirmó que en los atentados no hubo víctimas extranjeras y que sólo dos ciudadanos de origen yemení sufrieron heridas leves, a pesar del temor inicial ya que las explosiones tuvieron lugar en lugares muy frecuentados por turistas.
Hasta ahora, ningún grupo se ha responsabilizado de la autoría de los atentados, y las sospechas apuntadas por medios locales abarcan desde grupos separatistas de Cachemira a extremistas como el Movimiento Islámico de los Estudiantes de la India (SIMI, en sus siglas en inglés). El viceprimer ministro indio recordó que el SIMI ha asumido la autoría de varios atentados en el último año. El gobierno de Pakistán, al que India ha relacionado con anteriores ataques de grupos radicales en su país, condenó los atentados en Bombay que causaron víctimas inocentes. Los atentados en Bombay han sido los más sangrientos en la India desde marzo de 1993, cuando la explosión de varias bombas mataron a casi 300 personas.
En Bombay la normalidad volvió a la vida cotidiana, donde la Bolsa de Valores recuperó rápidamente la mitad de los 130 puntos que perdió el lunes tras los atentados. También las comunicaciones ferroviarias, aéreas y terrestres recobraron la actividad, aunque se reforzó la vigilancia en las principales ciudades del país, donde continua la alerta policial.