L D (EFE)
En declaraciones al diario "El Universal", que se edita en Caracas, el presidente de la Conferencia Episcopal venezolana, Baltazar Porras, ha manifestado su apoyo al referéndum requerido por la oposición para definir la continuidad o la salida de Hugo Chávez de su cargo como presidente de la República. El referendo, ha agregado monseñor Porras, evidencia "una crisis que se trata de ocultar a través de una campaña mediática, nacional e internacional, según la cual vivimos en un paraíso y en pleno idilio".
Baltazar Porras también criticó un borrador redactado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) con las normas que regirán los posibles referendos revocatorios, como el planteado por la oposición contra Chávez. Dijo que ese documento contiene "toda una serie de trabas" y alienta "escenarios deseables sólo para aquellos que detentan el poder". El borrador, agregó, favorece a un Gobierno "que ni cede ni negocia, sino que arrebata porque dispone del poder político, militar, económico y judicial para amedrentar, intimidar y agredir".
Pese a ello, dijo que "la esperanza no se puede perder" y que para que el referendo no sea obstaculizado "hay que vislumbrar la capacidad de movilización de la sociedad civil, cuyos derechos de participación y protagonismo se quieren desconocer". El CNE, que definirá el reglamento para los referendos en los próximos días, se encuentra, según el líder eclesiástico, en la disyuntiva de "responder a las órdenes de sus respectivos comandos y jefes" o "atender a las exigencias de una sociedad que reclama el cumplimiento de la Constitución".
Alertado de que desde la misma oposición se pide no criticar al CNE, el arzobispo subrayó que "no se trata de atacar", sino de que "se sintonicen con el eco de una sociedad que está pidiendo a gritos la búsqueda de un nuevo rumbo". El CNE, prosiguió, deberá definir las reglas "para que continúe este Gobierno deslegitimado o para que se abran las puertas a la concertación nacional y podamos vencer la crispación, la intolerancia, la violencia, la pobreza y la exclusión". De frustrarse el referendo, el prelado advirtió que "quedaría aún más en evidencia la arbitrariedad de un poder que irrespeta el texto constitucional y acomoda las leyes de acuerdo con las circunstancias y según sus intereses".
Chávez había dicho un día antes que Porras "debería quitarse la sotana" porque "no es digno de ser un hombre de Cristo" y acusó a la jerarquía eclesiástica de erigirse como portavoz de la oposición. "No sean embusteros. Da vergüenza llegar a viejos, usar sotana para ser embusteros (...) Mienten descaradamente, sin vergüenza. Van a sentir el rechazo de un pueblo, señores obispos, la espada del rechazo de Dios, de Cristo, a través de las miradas acusadoras de un pueblo", exclamó en su programa dominical "Aló, presidente".
Chávez afirmó que la cúpula eclesiástica la integra "el mismo pequeño grupo" que apoyó el fallido golpe de Estado en su contra de abril de 2002 y reveló que entonces encontró a Porras "junto con los militares, sin poder ocultar su rostro de satisfacción".
Baltazar Porras también criticó un borrador redactado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) con las normas que regirán los posibles referendos revocatorios, como el planteado por la oposición contra Chávez. Dijo que ese documento contiene "toda una serie de trabas" y alienta "escenarios deseables sólo para aquellos que detentan el poder". El borrador, agregó, favorece a un Gobierno "que ni cede ni negocia, sino que arrebata porque dispone del poder político, militar, económico y judicial para amedrentar, intimidar y agredir".
Pese a ello, dijo que "la esperanza no se puede perder" y que para que el referendo no sea obstaculizado "hay que vislumbrar la capacidad de movilización de la sociedad civil, cuyos derechos de participación y protagonismo se quieren desconocer". El CNE, que definirá el reglamento para los referendos en los próximos días, se encuentra, según el líder eclesiástico, en la disyuntiva de "responder a las órdenes de sus respectivos comandos y jefes" o "atender a las exigencias de una sociedad que reclama el cumplimiento de la Constitución".
Alertado de que desde la misma oposición se pide no criticar al CNE, el arzobispo subrayó que "no se trata de atacar", sino de que "se sintonicen con el eco de una sociedad que está pidiendo a gritos la búsqueda de un nuevo rumbo". El CNE, prosiguió, deberá definir las reglas "para que continúe este Gobierno deslegitimado o para que se abran las puertas a la concertación nacional y podamos vencer la crispación, la intolerancia, la violencia, la pobreza y la exclusión". De frustrarse el referendo, el prelado advirtió que "quedaría aún más en evidencia la arbitrariedad de un poder que irrespeta el texto constitucional y acomoda las leyes de acuerdo con las circunstancias y según sus intereses".
Chávez había dicho un día antes que Porras "debería quitarse la sotana" porque "no es digno de ser un hombre de Cristo" y acusó a la jerarquía eclesiástica de erigirse como portavoz de la oposición. "No sean embusteros. Da vergüenza llegar a viejos, usar sotana para ser embusteros (...) Mienten descaradamente, sin vergüenza. Van a sentir el rechazo de un pueblo, señores obispos, la espada del rechazo de Dios, de Cristo, a través de las miradas acusadoras de un pueblo", exclamó en su programa dominical "Aló, presidente".
Chávez afirmó que la cúpula eclesiástica la integra "el mismo pequeño grupo" que apoyó el fallido golpe de Estado en su contra de abril de 2002 y reveló que entonces encontró a Porras "junto con los militares, sin poder ocultar su rostro de satisfacción".