LD (Agencias)
El opositor Oswaldo Payá ha calificado los juicios sumarísimos como “procesos arbitrarios” y opinó que pese al “golpe recibido” después de que medio centenar de opositores fueran condenados a penas que, en conjunto, superan los 800 años de cárcel, los cambios hacia la democracia en Cuba se acelerarán. El líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) e impulsor del Proyecto Varela mencionó que “estos procesos arbitrarios, forzados ahora por la desventaja física que tenemos, no harán mas que acelerar los cambios hacia la democracia (...) que vamos a lograr que sean pacíficos. No sabemos si algunos de nosotros los veremos, porque nos puede costar la vida, pero no van para muy largo”. En su opinión, los juicios “son expresión de la inseguridad y el miedo a esta manifestación de civismo y liberación que han dado miles de personas con su respaldo al Proyecto Varela”.
Oswaldo Payá subrayó que las condenas contra los disidentes harán surgir “más pronto que tarde”, un gran movimiento ciudadano que reclamará “cambios pacíficos”. Insistió en que el “Proyecto Varela”, una propuesta de apertura política y económica, surgió íntegramente en Cuba y es apoyada por el pueblo cubano. Payá, que el pasado mayo presentó 11.020 firmas en apoyo al Proyecto ante el Parlamento cubano, aseguró que no recibió ayuda exterior para hacerlo. Respondió así al ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, quien, en un encuentro con la prensa, se refirió el miércoles a una carta de Carlos Alberto Montaner (colaborador de Libertad Digital ) dirigida a Osvaldo Alfonso -condenado a 18 años- en la que se apuntaba un supuesto interés de “amigos españoles de alto nivel” por el Proyecto. El funcionario castrista, a preguntas de la prensa, no precisó ni de qué españoles “de alto nivel” se trataba ni cuál sería concretamente el objetivo de su interés. Por ello, Payá señaló que “es mentira que el `Proyecto Varela´ se concibiera fuera. Redacté el `Proyecto Varela´ en el año 96; en el 97 estábamos recogiendo firmas; en 98, decenas de periodistas de televisión y prensa escrita lo recibieron y hablamos de ello durante la visita del Papa” (enero de 1998).
El líder de la disidencia denunció las “presiones internas” y “amenazas” presuntamente recibidas por disidentes y rechazó los argumentos del canciller para justificar los procesos. En su comparecencia, Pérez Roque explicó que estaba en juego la independencia de Cuba por el aumento de la hostilidad de EEUU y que su gobierno no podía aguantar una situación “insostenible” agravada por el comportamiento del jefe de la Sección de Intereses norteamericana, James Cason. Según Payá, entre las actividades de los grupos disidentes, en especial de los vinculados al “Proyecto Varela”, no existe un sólo hecho que pueda dar la impresión de que se apoye la anexión a EEUU de Cuba, ni de que exista un trabajo en contra de la soberanía o a favor de la “Ley Helms-Burton”.
Oswaldo Payá subrayó que las condenas contra los disidentes harán surgir “más pronto que tarde”, un gran movimiento ciudadano que reclamará “cambios pacíficos”. Insistió en que el “Proyecto Varela”, una propuesta de apertura política y económica, surgió íntegramente en Cuba y es apoyada por el pueblo cubano. Payá, que el pasado mayo presentó 11.020 firmas en apoyo al Proyecto ante el Parlamento cubano, aseguró que no recibió ayuda exterior para hacerlo. Respondió así al ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, quien, en un encuentro con la prensa, se refirió el miércoles a una carta de Carlos Alberto Montaner (colaborador de Libertad Digital ) dirigida a Osvaldo Alfonso -condenado a 18 años- en la que se apuntaba un supuesto interés de “amigos españoles de alto nivel” por el Proyecto. El funcionario castrista, a preguntas de la prensa, no precisó ni de qué españoles “de alto nivel” se trataba ni cuál sería concretamente el objetivo de su interés. Por ello, Payá señaló que “es mentira que el `Proyecto Varela´ se concibiera fuera. Redacté el `Proyecto Varela´ en el año 96; en el 97 estábamos recogiendo firmas; en 98, decenas de periodistas de televisión y prensa escrita lo recibieron y hablamos de ello durante la visita del Papa” (enero de 1998).
El líder de la disidencia denunció las “presiones internas” y “amenazas” presuntamente recibidas por disidentes y rechazó los argumentos del canciller para justificar los procesos. En su comparecencia, Pérez Roque explicó que estaba en juego la independencia de Cuba por el aumento de la hostilidad de EEUU y que su gobierno no podía aguantar una situación “insostenible” agravada por el comportamiento del jefe de la Sección de Intereses norteamericana, James Cason. Según Payá, entre las actividades de los grupos disidentes, en especial de los vinculados al “Proyecto Varela”, no existe un sólo hecho que pueda dar la impresión de que se apoye la anexión a EEUU de Cuba, ni de que exista un trabajo en contra de la soberanía o a favor de la “Ley Helms-Burton”.
