L D (EFE) La medida se ha tomado después de un cara a cara entre el presidente ruandés, Paul Kagame y su homólogo de la RDC, Joseph Kabila, celebrada la semana pasada en Abuya, capital de Nigeria, con la mediación del presidente nigeriano, Olusegun Obasanjo.
Kabila había acusado a Kagame de respaldar a los militares congoleños sublevados que se hicieron durante la primera semana de junio con la ciudad de Bukavu y otras localidades en el extremo oriental de la RDC.
Kagame había exigido que la ONU certificara que Ruanda no estaba involucrada en la sublevación, protagonizada por el Agrupamiento Congleño por la Democracia (ACD), aliado con Ruanda durante la guerra civil en la RDC de 1998-2002, pero integrado desde hace un año en el gobierno de transición de Kinshasa, y, en principio, en las fuerzas armadas unificadas a raíz de los acuerdos de paz.
La ONU y la Unión Africana deben velar por el cumplimiento del acuerdo
Un acuerdo de paz entre Ruanda y la RDC en 2002 obligó a la primera a retirar sus tropas de Congo y a la segunda a desarmar a los milicianos hutus procedentes de Ruanda y acusados del genocidio en 1994 de los tutsis y hutus moderados. En principio, la ONU y la Unión Africana (UA) deben velar por el cumplimiento del acuerdo, pero Kagame comentó el pasado jueves a un grupo de periodistas que "se trata de algo que se ha discutido mucho, pero nunca ha llegado a realizarse".
Kagame señaló que está dispuesto a reunirse con Kabila nuevamente, al margen de la cumbre de la UA en Addis Abeba que se celebrará el próximo martes, si el presidente congoleño también acude a la cita.
Se ha calculado que casi tres millones de personas murieron durante los combates en la RDC a partir de 1998, en que se involucraron otros seis países vecinos, además de Ruanda.