LD (Agencias)
Unos de los dirigentes de Abu Sayyaf, Hamsiraji Sali, declaró a la cadena de televisión filipina
ABS-CBN
que su grupo es el responsable del atentado registrado en el aeropuerto de Davao. Horas antes, el Gobierno de Filipinas confirmó la detención de nueve personas en relación a las dos bombas. El anuncio se produjo durante una visita matinal de la presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, a Davao, ciudad a unos mil kilómetros al sur de Manila y en cuyo aeropuerto internacional explosionó una bomba que mató a veinte personas e hirió a otras 144.
La jefa de Estado recorrió el aeródromo y el lugar del siniestro, un hangar sin muros laterales donde más de un centenar de personas esperaba a familiares, amigos o conocidos que venían de Manila en un vuelo de Cebu Pacific. Entre los que perdieron la vida había un niño, mujeres y el misionero baptista estadounidense William Hyde. Una hora después de este atentado ocurría otro a 56 kilómetros de Davao, en una oficina gubernamental de la ciudad de Tagum, y mataba a otro filipino y dejaba heridos a tres más.
Macapagal Arroyo, que calificó la acción en Davao de "acto terrorista", confirmó que "hay nueve personas detenidas, pero no puedo dar sus identidades". "Las órdenes son arrestar también al cerebro", apuntó el alcalde de Davao, Rodrigo Duterte, que acompañaba a la mandataria. Las autoridades filipinas creen que ambas explosiones están relacionadas y que forman parte de la campaña de terror que se vive en Mindanao. El ministro filipino de Defensa, Angelo Reyes, que también formaba parte de la comitiva presidencial, señaló que no se puede descartar que estos actos supongan el comienzo de una serie de atentados.
El portavoz militar de la región central de Mindanao, comandante Julieto Ando, acusó directamente de esta acción al Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI): "No hay otros capaces de hacerlo", dijo. También manifestó que todas las unidades en el centro y sur de Mindanao se encuentran en alerta y que se han "desplegado en zonas urbanas agentes de paisano".
La jefa de Estado recorrió el aeródromo y el lugar del siniestro, un hangar sin muros laterales donde más de un centenar de personas esperaba a familiares, amigos o conocidos que venían de Manila en un vuelo de Cebu Pacific. Entre los que perdieron la vida había un niño, mujeres y el misionero baptista estadounidense William Hyde. Una hora después de este atentado ocurría otro a 56 kilómetros de Davao, en una oficina gubernamental de la ciudad de Tagum, y mataba a otro filipino y dejaba heridos a tres más.
Macapagal Arroyo, que calificó la acción en Davao de "acto terrorista", confirmó que "hay nueve personas detenidas, pero no puedo dar sus identidades". "Las órdenes son arrestar también al cerebro", apuntó el alcalde de Davao, Rodrigo Duterte, que acompañaba a la mandataria. Las autoridades filipinas creen que ambas explosiones están relacionadas y que forman parte de la campaña de terror que se vive en Mindanao. El ministro filipino de Defensa, Angelo Reyes, que también formaba parte de la comitiva presidencial, señaló que no se puede descartar que estos actos supongan el comienzo de una serie de atentados.
El portavoz militar de la región central de Mindanao, comandante Julieto Ando, acusó directamente de esta acción al Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI): "No hay otros capaces de hacerlo", dijo. También manifestó que todas las unidades en el centro y sur de Mindanao se encuentran en alerta y que se han "desplegado en zonas urbanas agentes de paisano".
