
LD (Agencias) Youssef Ahmadi, el autonombrado portavoz del grupo de terroristas talibanes que mantiene secuestrados a veintiún misioneros surcoreanos, anunció en una conversación telefónica que sus líderes han decidido otorgar un nuevo plazo, que concluye este miércoles, para que las autoridades de Kabul accedan a negociar la liberación de los rehenes. A cambio, exigen la liberación de varios terroristas presos.
"La delegación del Gobierno de Kabul nos ha pedido más tiempo, así que les damos hasta las doce del día de mañana (miércoles). De ese modo los gobiernos de Kabul y Corea tendrán tiempo para darnos una respuesta", indicó.
El anuncio tiene lugar después de que el portavoz del Ministerio de Exteriores surcoreano, Cho Hee-yung, confirmara que el asesinato del segundo de los veintitrés rehenes. El cuerpo de Shim Sung-min, de veintinueve años, fue encontrado por un grupo de policías afganos en una cuneta del área de Orzo, en la zona oriental de la provincia de Ghazni. Según los talibanes, "la ejecución" se produjo porque el Gobierno de Kabul no respondió "positivamente" a su demanda de excarcelar a ocho terroristas.
El pasado abril, el Gobierno de Kabul fue objeto de duras críticas por haber excarcelado a cinco prisioneros talibanes a cambio del periodista italiano Daniele Mastrogiacomo, que había sido secuestrado por un grupo insurgente. El presidente afgano, Hamid Karzai, aseguró entonces que la liberación de presos a cambio de rehenes no se volvería a repetir en ninguna circunstancia.
En una rueda de prensa, el portavoz surcoreano condenó enérgicamente el "asesinato sin piedad" del grupo armado, que se produjo a pesar de los esfuerzos de cooperación con el Gobierno afgano para lograr la liberación de los rehenes. Corea del Sur urgió al grupo armado a que suelte de forma inmediata a sus ciudadanos secuestrados hace trece días en Afganistán.
El portavoz presidencial afgano, Humayun Hamidzada, afirmó que el Gobierno está teniendo en cuenta la "perspectiva humanitaria" del asunto y hará "todo lo posible" para asegurar la liberación de los veintiún rehenes que quedan con vida, entre los que hay dieciocho mujeres. Insistió en que los secuestros no deben convertirse en una "industria" en Afganistán. "Si seguimos respondiendo positivamente a las demandas de los terroristas, afrontaremos más problemas", afirmó.
