LD (EFE) En el primer atentado en Bagdad, un oficial de la Policía perdió la vida y otros cuatro agentes fueron heridos por los disparos de un grupo de terroristas en el barrio de Al-Yamea, en el oeste de la capital iraquí. En el ataque, que ocurrió cerca de una gasolinera, fue destruido uno de los coches en que los uniformados viajaban.
Media hora después, en una carretera próxima al barrio de Al-Daura, en el sur de Bagdad, una mujer murió y otro civil resultó herido por la explosión de un coche-bomba, que estalló al paso de una patrulla militar estadounidense. Asimismo, en la misma zona, el estallido de varios artefactos explosivos en la mezquita chií Al Rasul dejó heridos a cuatro habitantes de viviendas vecinas.
Por otra parte, la Policía iraquí encontró los cadáveres de seis desconocidos en un canal de la provincia de Al-Wast, en el sureste del país. Los cuerpos aún no han sido identificados, pero las fuentes señalaron que podrían corresponder a uniformados, policías o militares, que suelen ser uno de los blancos preferidos por los terroristas en Irak.
