
LD (EFE) Al menos 165.000 personas se han visto obligadas a dejar sus hogares a causa de los violentos combates entre soldados del Ejército de Filipinas y terroristas del Frente Moro de Liberación Islámica. Según fuentes de agencias humanitarias, cerca de 160.000 civiles huyen de sus localidades de la provincia de Cotabato del Norte. En la vecina isla de Basilan, los desplazados suman más de cinco mil.
La mayoría de los desplazados de Cotabato del Norte han sido alojados en centros de evacuación temporales o en casas de sus familiares, según el Consejo Nacional de Coordinación de Desastres. Además, el programa de Programa de Alimentos de la ONU ha arrojado desde el aire un total de cuatrocientas toneladas de arroz sobre las comunidades de Cotabato afectadas por la violencia, con el objetivo de atajar la crisis humanitaria.
Hace un mes, las fuerzas del FMLI comenzaron a ocupar localidades de Cotabato y de la isla de Basilan, de mayoría cristiana, forzando a los granjeros de la zona a dejar sus hogares. El Gobierno filipino dio un ultimátum a los terroristas para que se retiraran antes del viernes. Desde entonces, el Ejército combate las posiciones del enemigo con fuego de artillería y helicópteros.
Hasta ahora, el Gobierno ha recuperado el control de dos localidades en Cotabato y de otra en Basilan. Al menos, otros trece pueblos siguen en manos de los terroristas, aunque fuentes de la Policía Nacional Filipina aseguran que el Frente Moro ha comenzado a replegar sus fuerzas desde el Norte de Cotabato a la cercana Maguindanao, que sí pertenece a la Región Autónoma del Mindanao Musulmán (ARMM).
