L D (EFE)
José María Michavila realizó estás declaraciones en Baracaldo, donde asistió a un mitin en el que también intervino el presidente del PP en el País Vasco, Carlos Iturgaiz. El ministro destacó que “la ambigüedad calculada y la estrategia electoralista” del PNV respecto a Batasuna es “un error histórico”, y acusó a la formación liderada por Arzalluz de “dar refugio a los terroristas” y ser “el abogado defensor de Batasuna”.
Michavila insistió en que “el Estado de Derecho seguirá reformando las leyes hasta acabar con ETA” y advirtió que, mientras en Francia o Alemania se pueden ilegalizar partidos por “razones ideológicas”, en España “se puede defender cualquier idea” y “lo que no vale son las bombas y las pistolas”. El responsable de la cartera de Justicia recordó que el proceso judicial de ilegalización de Batasuna ha sido “ejemplar” y ha exigido el cumplimiento de la sentencia porque “el Parlamento Vasco se ha convertido en el único sitio en el que Batasuna y ETA siguen trabajando financiados con nuestros impuestos”.
Michavila señaló que “es evidente que hay un diálogo entre dos propuestas fracasadas”, la de Batasuna, que ha utilizado 25 años los instrumentos democráticos “al servicio del terrorismo”; y la del PNV, que “ha hecho lo imposible” para impedir que “los terroristas fueran expulsados de la democracia”.
Michavila insistió en que “el Estado de Derecho seguirá reformando las leyes hasta acabar con ETA” y advirtió que, mientras en Francia o Alemania se pueden ilegalizar partidos por “razones ideológicas”, en España “se puede defender cualquier idea” y “lo que no vale son las bombas y las pistolas”. El responsable de la cartera de Justicia recordó que el proceso judicial de ilegalización de Batasuna ha sido “ejemplar” y ha exigido el cumplimiento de la sentencia porque “el Parlamento Vasco se ha convertido en el único sitio en el que Batasuna y ETA siguen trabajando financiados con nuestros impuestos”.
Michavila señaló que “es evidente que hay un diálogo entre dos propuestas fracasadas”, la de Batasuna, que ha utilizado 25 años los instrumentos democráticos “al servicio del terrorismo”; y la del PNV, que “ha hecho lo imposible” para impedir que “los terroristas fueran expulsados de la democracia”.
