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Última etapa de Rajoy hacia Moncloa: "Para qué cambiar lo que funciona"

Arranca la cuenta atrás para el hombre tranquilo, previsible. Rajoy no piensa cambiar de estrategia. "Centro" y "reformismo" para alcanzar La Moncloa.

Mariano Rajoy lleva a gala que es un hombre tranquilo, pausado. O, como a él le gusta afirmar, "previsible". Tan previsible que ya advierte a navegantes que no hará un cambio brusco en la estrategia mantenida desde el polémico Congreso de Valencia: "¿Para qué cambiar lo que funciona?", se pregunta su círculo de confianza.

Los balances electorales le dan la razón, según esgrime el líder de la oposición. Mayoría absoluta en las elecciones gallegas y llave del cambio en el País Vasco, éxito rotundo en las europeas, los mejores resultados de la historia en Cataluña y, como puntilla final, el terremoto electoral del pasado veintidós de mayo, con ese mapa azul tantas veces reproducido.

Con este palmarés, Rajoy no tiene empacho en enarbolar con entusiasmo la bandera del centro. Lo hizo, por si aún quedaba alguna duda, sólo minutos después de que José Luis Rodríguez Zapatero anunciara la fecha del adelanto. "Centro" y "reformismo" cogidos de la mano para conseguir levantar a España a través de un "gran proyecto de regeneración nacional".

La agenda hasta el 20-N

Un Gobierno, además de previsible, "creíble y solvente", y de ahí que, para conseguirlo, las vacaciones vayan a quedar menguadas en este 2011 que, para el PP, se antoja como "el del cambio" y "el de el inicio de la recuperación". Ya incluso antes de que el 20-N fuera la fecha elegida, Ana Mato -responsable de campaña- había organizado para los suyos un esquema intensivo de trabajo.

Sin embargo, llegado el anuncio, Rajoy será quien se ponga al frente de los preparativos de la maquinaria electoral destacando que, a mitad de agosto y coincidiendo con la visita de Su Santidad el Papa a Madrid, reunirá a su comité de maitines. Ya en septiembre, mes habitualmente laxo para la clase política, se celebrarán cuatro foros en los que se abordarán los temas capitales para el PP. Y, finalmente, a primeros de octubre se llevará a cabo en Málaga la Convención Nacional, donde se presentará el Programa de Gobierno y se dará el pistoletazo de salida a la precampaña.

Ahora bien, quienes mejor conocen a Rajoy insisten en que nadie espere sobresaltos o movimientos "raros". Todo seguirá como hasta la fecha, también el discurso del jefe, centrado casi en exclusiva en cómo dar oxígeno a la vapuleada economía española y en presentar un recetario para salir del túnel. El resto de temas quedarán para aquellos dirigentes que conforman la segunda y tercera fila, dependiendo del grado de importancia de los asuntos.

"No se va a dejar llevar por las presiones y, ni mucho menos, por las presiones venidas de lo medios de comunicación", avanzan las fuentes consultadas, insistiendo en su calculado equilibrio de los tiempos. Sólo se saldrá de su perfil económico "cuando toque", como por ejemplo cuando, en la campaña de las autonómicas y locales, visitó País Vasco y Navarra y, a su estilo comedido, se quejó por la presencia de Bildu en las instituciones.

El Rubalcaba "del GAL" y "del Faisán"

Paso a paso, con firmeza y sin bacilar, camino a La Moncloa. Y es que Rajoy, pese a recordar machaconamente que el partido todavía está cero a cero, cada vez se ve más cerca de alcanzar su sueño por dos veces truncado: el de ser presidente de los españoles. Enfrente, destacan sus estrategas, tendrá a un candidato -el del PSOE- que "en cualquier democracia" estaría "inhabilitado" de presentarse a unas elecciones.

"Su implicación en el caso Faisán y su participación en un Gobierno que ha generado cinco millones de parados le deberían de dejar fuera", arguyen en Génova, que a renglón seguido utilizan esta afirmación para poner de relieve "cómo deben estar en Ferraz" para que "el hombre del GAL, del chivatazo y del paro sea su mejor baza".

Por todo ello, Rajoy estima que "el efecto Rubalcaba se disolverá como un azucarillo, si es que no se ha disuelto ya", y en Génova ponen como argumento de esta apreciación las últimas encuestas elaboradas para consumo interno. Unos estudios que auguran una mayoría absoluta para los populares el 20-N. "Ninguna de las estratagemas que están utilizando les van a servir", se reafirman en el bastión de los populares, en alusión indirecta al hecho de que las elecciones coincidan con el día del fallecimiento del dictador Franco.

Y esta seguridad se debe porque, en voz de María Dolores de Cospedal, los socialistas dejan "una herencia de conflictos permanentes" y de "división" de todos los españoles. Una herencia "envenenada" con un dato estremecedor: "Cinco millones de parados".

Es por ello por lo que, para la secretaria general, "ayer la mayoría de los españoles empezó a respirar aliviados y a ver la luz. Se llevó una alegría". "Empezaron a ver el cambio político, social y económico". Una transformación a tres niveles con un protagonista: Mariano Rajoy. Y una convicción: "Lo vamos a conseguir" porque "España es un gran país".

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