El juez Fernando Grande-Marlaska es desde hoy el nuevo presidente de la Sala Penal de la Audiencia Nacional. El bilbaíno ha tomado posesión de su cargo este lunes acompañado de una amplia representación del Poder Judicial.
En su discurso de investidura, el magistrado ha explicado la "honda significación" que ha tenido para él ser elegido por el Consejo General del Poder Judicial como presidente de dicha Sala ya que se trata del "reconocimiento a su trayectoria profesional".
En la intervención, Grande Marlaska también se ha referido con un "ojalá" al posible final de ETA y ha señalado que la Audiencia Nacional "ha sido identificada por muchos con la lucha contra el terrorismo, principalmente el de la banda terrorista y su entorno".
Pese al cese definitivo de la violencia etarra, Marlaska ha querido destacar que "siguen pendientes plurales causas que deben enjuiciarse y, otras muchas, donde quiero agradecer el esfuerzo al presidente de la Audiencia Nacional y funcionarios adscritos a la Oficina de Víctimas, que deben ser investigadas, tratando de evitar prescripciones. Uno de mis propósitos principales es la potenciación de la Oficina de Víctimas".
Junto a la prescripción de los delitos, el nuevo presidente –que sustituye en el cargo al magistrado Javier Gómez Bermúdez, presidente del tribunal del 11-M- ha enfatizado en la importancia de que la sentencia se ejecute en "tiempo y forma". "Es uno de los problemas principales a los que dirigiré mis esfuerzos y los del conjunto de la Sala", añadió.
Al magistrado, que ha pronunciado un discurso muy comprometido con sus nuevas funciones, sólo se le ha quebrado la voz cuando se acordado de su madre –"quien hoy no puede estar aquí" y su marido Gorka "siempre ahí".
Junto a Marlaska han intervenido en la toma de posesión, el presidente del Tribunal Supremo y el CGPJ, Carlos Dívar y el presidente de la Audiencia Nacional, Ángel Juanes.
El primero de ellos, ha defendido de forma férrea que los jueces y fiscales de este tribunal "necesitan una protección adecuada al contexto actual" porque "no sólo luchan contra el terrorismo" en referencia al plan de recorte de escoltas para cargos públicos que prepara el Ministerio del Interior.
"Es una protección que tiene que producirse como consecuencia de las materias que ven y que van a seguir viendo, hasta que podamos decir que el terrorismo ha terminado definitivamente", ha señalado Dívar.
El presidente del Poder Judicial ha destacado que los magistrados y fiscales del tribunal investigan diariamente a "las mafias, que aquí se han visto ampliamente, la delincuencia organizada, las grandes estructuras empresariales y económicas y los delitos en el extranjero". Carlos Dívar ha recordado que este tribunal seguirá siendo "la casa de las víctimas".
Por su parte, Juanes ha recalcado el papel de la Audiencia Nacional en su lucha contra el crimen organizado y ha abierto el debate sobre la redefinición de las competencias de este tribunal.
Al acto, que se ha desarrollado en una abarrotada sala de la Audiencia Nacional, ha asistido la práctica totalidad de la cúpula judicial con el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Dívar, a la cabeza; el presidente de la Audiencia Nacional, Ángel Juanes; y el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce; así como magistrados del alto tribunal y vocales del órgano de gobierno de los jueces.
También han estado presentes la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; el secretario de Estado de Interior, Ignacio Ulloa; el director general de la Policía Nacional, Ignacio Cosidó; y la defensora del Pueblo, María Luisa Cava de Llano.
Entre los miembros de las asociaciones de víctimas que han acudido a la toma de posesión de Grande-Marlaka se encontraban Ángeles Pedraza, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT); Marimar Blanco, parlamentaria vasca por el PP y presidenta de la Fundación Miguel Ángel Blanco; y Cristina Cuesta, máxima representante del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE