El presidente del PSE y hombre clave de la negociación entre ETA y el Gobierno Zapatero, Jesús Eguiguren, ha anunciado su intención de abandonar la política para "recuperar" sus aficiones y "volver a ser una persona normal". "Si puedo, la política la dejo atrás, se la dejo a otros, y en lo que me queda volveré a ser una persona normal y recuperaré mis aficiones", asegura. "Ya he cumplido mi función", añade.
Este anuncio lo hace en el documental Memorias de un conspirador, rodado por el cineasta vasco Ángel Amigo, que se estrenará el próximo otoño y tendrá una duración aproximada de 75 minutos, y que es "una especie de despedida y testamento político".
Según adelanta la radio-televisión pública vasca, el dirigente socialista se siente "con el deber cumplido", repasa su trayectoria política y desgrana cómo vivió el atentado de ETA contra la Terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas o su "relación fluida" con Arnaldo Otegi.
"Lo que hicimos fue de conspirador, en el sentido de preparar las condiciones" para el proceso de negociación entre el Ejecutivo Zapatero y los terroristas de ETA, dice, mientras añade que no dio parte al PSOE ni al PSE de sus contactos con la banda terrorista: "Yo esto no se lo dije al PSOE. Se lo dije a Patxi López, para que la otra parte supiera que no venía yo sólo, por mi cuenta, a hacer el loco".
Asimismo, dice que no recibió dinero por parte del Estado para los contactos que mantuvo con los terroristas de ETA en diversos países europeos como Suiza o Noruega, sino que todo salió de su bolsillo: "Nunca me dieron una peseta. Eso de los fondos reservados y tal, pues se habrán acabado. Yo me tenía que pagar mi gasolina".
Por último, también detalla el coste personal que ese proceso de negociación le provocó entre algunos de sus compañeros de partido y detalla cómo los miembros de la Dirección Federal del partido le convirtieron en "una persona sospechosa" y le dieron "la espalda". "Me han dicho que estaba loco, que era un imprudente. Todo el cariño que me trasmitió la gente en la calle, vi que en los ámbitos oficiales, en Madrid, lo había perdido", concluye.