L D (Europa Press) Así lo aseguró durante su intervención en la clausura del Campus FAES, en la localidad madrileña de Navacerrada, ante la presidenta de la Fundación Miguel Angel Blanco, y hermana del edil del PP asesinado por ETA, Mari Mar Blanco, quien tomó la palabra para agradecer al ex jefe del Ejecutivo el respaldo que le brindó a su familia en aquellos difíciles momentos.
El ex jefe del Ejecutivo señaló que por creer en España y en la libertad, los terroristas asesinaron a Miguel Angel Blanco hace once años y subrayó que "jamás" olvidará el "ejemplo extraordinario" que desde aquellos días ha dado la familia de Miguel Angel Blanco, tanto sus padres como su hermana Mari Mar.
"Entonces, España se echó a la calle con un grito unánime. El grito de libertad. Gracias a ese grito unánime vimos que a los terroristas se les puede derrotar. Nuestra obligación es derrotarles y mantener siempre vivo el respaldo a las víctimas", proclamó.
La liberación de Betancourt
Después celebró la liberación de Ingrid Betancourt a manos de los terroristas de las FARC en Colombia. "Colombia nos ha dado la oportunidad de reiterar nuestra confianza en el Estado de Derecho y en el imperio de la ley, frente al terrorismo. Frente a todos los terrorismos", afirmó, para añadir que el Estado de Derecho y el imperio de la ley "han triunfado limpiamente también frente a las mentiras de esos que no fallan nunca a la hora de mancillar los mejores esfuerzos por la libertad".
Según Aznar, ha prevalecido el compromiso de derrotar al terror "sobre los entusiastas del apaciguamiento", así como la eficacia de las fuerzas de seguridad del Estado frente "a los defensores de atajos negociadores". "Ha prevalecido la determinación, la perseverancia y la fortaleza sobre los que usan a los terroristas para desestabilizar la democracia en América Latina", agregó.
El ex presidente del Gobierno recordó además que el Campus FAES ha analizado "la vulneración del derecho de todos los españoles a la lengua común y la negación del bilingüismo en las comunidades autónomas controladas en las que la imposición cultural del nacionalismo dilapida el patrimonio común". "Lo dilapida y niega los derechos de las personas a expresarse y a educar a sus hijos como es su deseo y su derecho", sentenció.