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Bono... ¡a jugar!

La batalla de la sucesión se juega en los medios y Bono la está ganando. El acto del 23-F, propuesto por él, es, según los diputados, "un acto de campaña".

La foto: José Bono entre Zapatero y Rajoy, en el centro del objetivo fotográfico. La ráfaga de flashes evidenciaba que esa, y no otra, era la imagen del día. El acto, más propio de un programa de televisión que de los rígidos esquemas parlamentarios, (algunos recordaban El Precio Justo por eso de "¡A jugar!"), consistía en un recuerdo del 23-F a modo de homenaje a todos aquellos que permitieron frustrar el golpe de Estado de Tejero. Durante 30 minutos, el hemiciclo del Congreso de los Diputados se ha convertido en un espectáculo de menciones y agradecimientos en el que sólo faltó un narrador que anunciara el "Con ustedes... José Bono". Y eso que durante el extenso discurso de Landelino Lavilla, presidente del Congreso en 1981, se llegó a pensar que Bono no centraría todo el protagonismo. Pero las expectativas siempre se quedan cortas con el castellanomanchego.

Fue subirse a la tribuna de oradores y comenzar los rumores, las sonrisas y los comentarios hasta de Zapatero y Rajoy que se reían en numerosas momentos de la alocución de Bono. Aunque los interlocutores evitaban pronunciarse sobre el objeto de sus comentarios. Preguntado Rajoy por este periódico sobre si hablaban de Bono, simplemente decía: "No me acuerdo", despertando las risas de los periodistas.


Mención aparte merece el momento en el que el presidente de las Cortes ha querido recordar al ex presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, que ha sido sin duda el que ha despertado la mayor ovación de todo el hemiciclo. Todos aplaudían con fuerza salvo dos: Zapatero y Landelino Lavilla. La polémica ha venido porque acto seguido Bono ha hablado de las "críticas inmisericordes absolutamente horribles que recibió de nosotros, sus adversarios, de la prensa..." y tras una pausa mirando a la bancada del PP, ha añadido "y de ustedes, sus amigos". Un rumor creciente se activaba en la sala con caras de indignación de la dirección popular, especialmente de Soraya Sáenz de Santamaría y José Luis Ayllón. "No lo hago para sonreír, lo hago para poner en valor la persona que no puede defenderse, que no puede hablar y que no puede defenderse", decía recibiendo el aplauso de los diputados, algunos del PP, pero con gesto de desaprobación.

La mención les ha molestado especialmente a los diputados populares que, si bien apuntaban que "yo no fui diputado de UCD", sí que reprendían a Bono por el trato hacia los que sí lo fueron: "Hombre, si les invitas para insultarles no les invites, es muy feo..." Un feo que también reconocían los propios socialistas, pero con un movimiento de cabeza afirmativo. Pero el enfado del PP responde a la actitud "partidista" que a su juicio demuestra Bono en la Presidencia del Congreso.

¿Un acto "de campaña"?

Una vez concluido el acto, populares y socialistas no podían más que reírse y bromear acerca del "excesivo protagonismo" que últimamente recibe el presidente en su Cámara Baja: "¡Cómo nos usa...! ¡Se pone una cámara en la cabeza y hace lo que sea!". Dentro del PSOE reconocían también que el espectáculo "forma parte del paquete, Bono es así siempre". Pero en el PP las risas tenían un punto de indignación: "Es un acto para vanagloria de sí mismo, de Bono para Bono. Se hace su propia campaña". "Nada que no nos sorprenda viniendo de él", insistían.

Los parlamentarios no tienen dudas de que la "excesiva exposición mediática" de Bono en las últimas semanas tiene una lectura en clave sucesoria. Pero les molesta que para ello "use la institución del Congreso de los Diputados". "Si pudiera decir que también el bono-bús es gracias a él lo haría", bromeaban desde los parlamentarios.

Su papel protagonista ha quedado también patente en la foto de familia con su majestad el Rey y los participantes en el almuerzo que ofrecía Bono. Una vez plasmada la instantánea el grupo se disolvía en torno a Bono y al Rey don Juan Carlos, mientras Zapatero, a un lado, no hablaba con nadie. Algo que se enmarca en un momento político en el que el presidente de la Cámara Baja intensifica su agenda, no la parlamentaria, sino en los platós televisivos y estudios radiofónicos. Se produce, además, tras el encuentro con Zapatero en el Congreso en el que Bono dijo aquello de "Hemos hablado de lo que ustedes se imaginan".

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