(Libertad Digital)
Según informa el diario
ABC
, el lehendakari Ibarretxe maneja un plan, que todavía no se lo ha comunicado a la cúpula del PNV, según el cual estaría estudiando disolver el Parlamento vasco el próximo otoño y convocar elecciones. Según este plan, al que ha tenido acceso el
ABC
, Ibarretxe ha planteado un escenario que resulta verosímil. En primer lugar, sabe que Batasuna no votará a favor de su proyecto de “Estado libre asociado” a España. Sin embargo, ya da por descontada la disolución del grupo parlamentario del brazo político de ETA, que se producirá en los próximos meses a pesar de que los nacionalistas, con fines electorales, tratarán de retrasarlo lo más posible en la Cámara de Vitoria.
Una vez que Batasuna ya no tenga grupo parlamentario, los parlamentarios del brazo político de ETA sí podrán seguir en la Cámara vasca a título particular, conservando su acta como diputados autonómicos e incorporándose al Grupo Mixto. De este modo, Ibarretxe sabe que seguirá contando con una mayoría parlamentaria muy débil. Ante este escenario, el lehendakari da por hecho que Batasuna ya no podrá volver a presentarse a unas nuevas elecciones, de modo que la coalición PNV-EA podría arañar parte de sus votos para conseguir una mayoría más sólida en el Parlamento de Vitoria, que aprobaría su plan secesionista y daría carta de naturaleza al referéndum que quiere plantear en el País Vasco como desarrollo de su proyecto.
Según ABC , Ibarretxe podría estar planteándose en serio este escenario porque en los últimos días ha hecho declaraciones muy crípticas, en las que decía que se avecinan “grandes cambios”. Como consecuencia de las elecciones del 13 de mayo de 2001, el Ejecutivo autónomo es el resultado de una coalición entre el PNV, EA e IU que suman, entre los tres partidos, treinta y seis parlamentarios de un total de setenta y cinco. PP y PSE alcanzan la cifra de treinta y dos y la antigua Euskal Herritarrok, trece. Con esta composición, Ibarretxe ha padecido un calvario para aprobar cualquier iniciativa parlamentaria, por lo que se le hace urgente pasar página cuanto antes.
A todos estos planes, se une la idea planteada por Ibarretxe y Arnaldo Otegi de que ETA podría decretar una tregua próximamente. Sin embargo, la banda criminal lo ha negado expresamente a través de dos comunicados porque considera que el plan secesionista del lehendakari es “insuficiente”. En ese contexto, según ABC , y con vistas a esos comicios adelantados, el PNV y EA pretenden reeditar una segunda versión del pacto de Estella, tregua incluida, que galvanice al conjunto del nacionalismo alrededor del proyecto de libre asociación a España, lo que facilitaría la convocatoria del deseado referéndum, que Ibarretxe ha colocado en un horizonte situado no más allá del final de la actual legislatura (2005).
No obstante, el plan de Ibarretxe contempla como “esenciales” los resultados en las próximas elecciones municipales y forales del próximo 25 de mayo, para que se establezca “una fuerte base” que impulse el plan, en la suposición de que AuB –heredera de Batasuna– perderá mucha fuerza, si es que finalmente consigue presentarse en alguna localidad, y “terminará por diluirse”. PNV, EA e Izquierda Unida serán los beneficiarios, según estas fuentes, de la ilegalización de Batasuna, tanto en las municipales como en unas elecciones autonómicas adelantadas. Toda la estrategia de Ibarretxe se basaría en una fusión por absorción del conjunto del nacionalismo, incluida Eusko Alkartasuna, que ha cedido mucho en la coalición municipal con el PNV y se ha quedado reducida a Guipúzcoa.
Finalmente, el documento al que ha tenido acceso ABC considera que “la situación en el próximo otoño será muy difícil para el Gobierno de PP” porque descuenta que no tendrán buenos resultados “ni el 25 de mayo ni en las catalanas, y les puede salir Pasqual Maragall”. En este contexto, Ibarretxe pretende que el Gobierno que salga de las elecciones generales de marzo de 2004 se encuentre con un Ejecutivo vasco con mayoría absoluta y con un recorrido cómodo hasta 2007. El documento de estrategia refleja que “gane el PP o el PSOE”, el futuro Gobierno nacional será “más débil” porque no obtendrá mayoría absoluta.
Una vez que Batasuna ya no tenga grupo parlamentario, los parlamentarios del brazo político de ETA sí podrán seguir en la Cámara vasca a título particular, conservando su acta como diputados autonómicos e incorporándose al Grupo Mixto. De este modo, Ibarretxe sabe que seguirá contando con una mayoría parlamentaria muy débil. Ante este escenario, el lehendakari da por hecho que Batasuna ya no podrá volver a presentarse a unas nuevas elecciones, de modo que la coalición PNV-EA podría arañar parte de sus votos para conseguir una mayoría más sólida en el Parlamento de Vitoria, que aprobaría su plan secesionista y daría carta de naturaleza al referéndum que quiere plantear en el País Vasco como desarrollo de su proyecto.
Según ABC , Ibarretxe podría estar planteándose en serio este escenario porque en los últimos días ha hecho declaraciones muy crípticas, en las que decía que se avecinan “grandes cambios”. Como consecuencia de las elecciones del 13 de mayo de 2001, el Ejecutivo autónomo es el resultado de una coalición entre el PNV, EA e IU que suman, entre los tres partidos, treinta y seis parlamentarios de un total de setenta y cinco. PP y PSE alcanzan la cifra de treinta y dos y la antigua Euskal Herritarrok, trece. Con esta composición, Ibarretxe ha padecido un calvario para aprobar cualquier iniciativa parlamentaria, por lo que se le hace urgente pasar página cuanto antes.
A todos estos planes, se une la idea planteada por Ibarretxe y Arnaldo Otegi de que ETA podría decretar una tregua próximamente. Sin embargo, la banda criminal lo ha negado expresamente a través de dos comunicados porque considera que el plan secesionista del lehendakari es “insuficiente”. En ese contexto, según ABC , y con vistas a esos comicios adelantados, el PNV y EA pretenden reeditar una segunda versión del pacto de Estella, tregua incluida, que galvanice al conjunto del nacionalismo alrededor del proyecto de libre asociación a España, lo que facilitaría la convocatoria del deseado referéndum, que Ibarretxe ha colocado en un horizonte situado no más allá del final de la actual legislatura (2005).
No obstante, el plan de Ibarretxe contempla como “esenciales” los resultados en las próximas elecciones municipales y forales del próximo 25 de mayo, para que se establezca “una fuerte base” que impulse el plan, en la suposición de que AuB –heredera de Batasuna– perderá mucha fuerza, si es que finalmente consigue presentarse en alguna localidad, y “terminará por diluirse”. PNV, EA e Izquierda Unida serán los beneficiarios, según estas fuentes, de la ilegalización de Batasuna, tanto en las municipales como en unas elecciones autonómicas adelantadas. Toda la estrategia de Ibarretxe se basaría en una fusión por absorción del conjunto del nacionalismo, incluida Eusko Alkartasuna, que ha cedido mucho en la coalición municipal con el PNV y se ha quedado reducida a Guipúzcoa.
Finalmente, el documento al que ha tenido acceso ABC considera que “la situación en el próximo otoño será muy difícil para el Gobierno de PP” porque descuenta que no tendrán buenos resultados “ni el 25 de mayo ni en las catalanas, y les puede salir Pasqual Maragall”. En este contexto, Ibarretxe pretende que el Gobierno que salga de las elecciones generales de marzo de 2004 se encuentre con un Ejecutivo vasco con mayoría absoluta y con un recorrido cómodo hasta 2007. El documento de estrategia refleja que “gane el PP o el PSOE”, el futuro Gobierno nacional será “más débil” porque no obtendrá mayoría absoluta.