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LÍDER DE LOS “RENOVADORES POR LA BASE”

José Luis Balbás: "La mala gestión de la crisis ha envuelto a Zapatero"

El líder de los “Renovadores por la base”, José Luis Balbás, ha concedido una larga entrevista al diario La Razón en la que explica su punto de vista acerca de la crisis abierta en Madrid como consecuencia de la fuga de los dos diputados díscolos del PSOE, Eduardo Tamayo y Maite Sáez. Según lo que él sabe, y lo conoce por ser uno de los implicados, la crisis se ha producido a consecuencia de una guerra interna dentro de la Federación Socialista Madrileña.

(Libertad Digital) José Luis Balbás, líder de los “Renovadores por la base” del PSOE, confiesa en La Razón su versión sobre lo ocurrido durante la crisis de Madrid. Para explicarlo con todo detalle, se remonta a marzo de 2002. En aquellas fechas, “lo que hay es el acuerdo del ticket electoral del 40-60% en el despacho de Zapatero, entre Eduardo Tamayo, Ignacio Díaz (secretario de organización de la FSM) y yo mismo”. En esa reunión, “Zapatero y Blanco se comprometen a que los grupos de intereses inmobiliarios que están a nuestro entender operando en la FSM no tengan presencia en las listas, cosa que tampoco se cumple. Al retirar nosotros la candidatura de (Pedro) Sabando a la Comunidad de Madrid, Zapatero nos pide que, para que Trinidad Jiménez no tenga que competir con (Joaquín) Leguina, lleguemos a un acuerdo. Después de dos horas y media de tira y afloja, Zapatero nos dice que no podemos ahora dejarle en este lío, y nosotros, a cambio de un acuerdo político de que se respete la proporción del IX Congreso (de la FSM), que es 43% 56% en la asignación de responsabilidades y listas, cedemos. No obstante exigimos la garantía de que se silencien estas disputas internas y al día siguiente o a los dos días, en Ferraz (...) cerramos el acuerdo”.

Sin embargo, como menciona Balbás, ese pacto no se cumplió en la FSM a la hora de elaborar las listas electorales y, a partir de ese momento, se desata una guerra a dentelladas por el poder. Una vez pasan las elecciones y el PSOE ve que no tiene fuerza suficiente para gobernar, no le queda más remedio que acercarse a Izquierda Unida para llegar a un acuerdo, y ahí es cuando empieza a fraguar la crisis, según Balbás, quien destaca que él conoce la versión de Tamayo. Afirma que “él (Tamayo) tiene una entrevista con (José) Blanco a las 20.30 del día anterior a la votación y éste le asegura que se va a cumplir el acuerdo que tenemos en Madrid (...). Eduardo se va preocupado porque ve cerradas las puertas, por un lado el pacto con IU con el 40% del poder dándoles Economía y Empleo; Vivienda, con una vicepresidencia; Medioambiente, de lo que el propio Eduardo es secretario (en la FSM), y Asuntos Sociales. Es casi el 40% del presupuesto con el 7% de los votos. Eso es un desencadenante y, quizás, una justificación política. No vas a explicar que todo es un conflicto interno”, dice Balbás.

La crisis se les escapa de las manos

A continuación detalla que, pocos días antes de la espantada, Tamayo “dice a un grupo de seis amigos, en una conversación privada –de ahí Ignacio Díaz se lo dice a Simancas al día siguiente–, que uno (del PSOE) va a votar en blanco (en la Asamblea de Madrid) y hay 55-55 en la Presidencia y 48 horas para negociar el cumplimiento de ese acuerdo. Tamayo cree que Simancas le ha traicionado, que no va a cumplir su palabra, que el entorno de (Ruth) Porta, (Joaquín) Leguina, el grupo de Ramón Espinar y Virgilio ya tienen unos compromisos muy cerrados con Simancas y lo que Tamayo transmite es que no se va a dejar pisar. Por eso, al día siguiente por la mañana, tiene una llamada de Antonio Romero, quien muy sobrado le dice que lo del grupo parlamentario y las asignaciones de responsabilidades ya se verán el miércoles o el jueves entre ellos (después de la primera votación), que no pasa nada y se despide sin más. Esto mosquea a Tamayo, y éste, que es radical, que no se deja pisar, frío y estratega político, cree que es mejor hacerlo ahí que en la moción de censura, y se van”, relata Balbás.

Con respecto a su aparición en la crisis, el líder de los “Renovadores por la base” relata que “el día 9 de junio (un día antes de la espantada de Tamayo y Sáez), mi entonces amigo, Pepe Blanco, me encarga una mediación informal con Tamayo, porque el día 8 le ha dicho a Simancas que hay un problema con él por el cumplimiento del pacto que había. Cuando se produce ya la crisis (tras la fuga de Tamayo y Sáez), de una manera que no comparto, acepto la mediación. Se me pone en medio, a negociar entre los dos, y me encuentro que 48 horas después se me utiliza como cabeza de turco para desviar la atención y como primera diana donde dar en las supuestas tramas inmobiliarias que se inventan como disculpa y cortina de humo ”, explica. Con respecto a la trama inmobiliaria lanzada por el PSOE como hipótesis a través de diversos medios, Balbás insiste en que es un invento. “No deja de ser una reacción nerviosa, histérica, de Simancas y del equipo de la FSM, que convence a Pepe Blanco, o del propio Pepe Blanco, y que lo lleva a una torpe gestión de la crisis desde el primer momento”, explica, para afirmar a continuación que, aunque la crisis podía haber sido “reconducida” por Tamayo y Sáez en “6, 24 o 48 horas”, la “atención política” y “mediática” se desvía.

La “olla a presión” de la FSM

Según Balbás, “No hay ninguna trama que yo conozca y, de haberla, tendría que estar en la gente relevante del sector, no en el caso de (el constructor Francisco) Bravo Vázquez, que es uno de los 300 ó 400 promotores inmobiliarios de un sector que es muy importante, que económicamente en Madrid y en España supone una gran parte del motor de la economía, por ser un sector punta. Son empresarios de Madrid, que yo conozca, que realizan su actividad normal privada”, dice Balbás, para explicar a continuación que “ no se puede crear unas desconfianzas sobre terceros, sin prueba ninguna para tapar lo que es únicamente una crisis interna del PSOE ”. Sobre esa problemática que afecta seriamente al Partido Socialista, Balbás relata lo que sucede en la Federación Socialista Madrileña. “Lo de la FSM es una olla a toda presión con muchos grupos e intereses, familias y líos de todo tipo. El conflicto estaba en la ejecutiva de la FSM desde septiembre del 2002, con un enfrentamiento (...) entre Eduardo Tamayo y Ruth Porta: uno, secretario de Medio Ambiente y la otra, secretaria de Política Municipal”, dice.

Sobre esa guerra de clanes en la FSM, Balbás relata más adelante que “el conflicto está muy localizado en Villalba (...). También hay un conflicto en Humanes que termina con la expulsión de Adolfo Álvarez, que es el alcalde de Humanes. Luego hay una denuncia por parte de Enrique Benedicto, marido de Ruth Porta, contra Tamayo y contra mí mismo, ante la comisión de ética y la mesa de la Asamblea de Madrid. Yo tengo una resolución parcial de la Comisión de Ética en la cual se dice que es muy lamentable la actuación de Benedicto (...). Al mes, me dijo Blanco que estaba archivado, que era una venganza de Benedicto ”, explica. En este contexto de lucha de clanes internos en el socialismo madrileño, Balbás encuadra la crisis forzada por Tamayo y Sáez y explica que, cuando se produce, “el sector de Simancas y todo el entorno de Leguina y Ruth Porta vieron a las 48 horas la posibilidad de cobrarse la cabeza de turco política de Balbás y de lo que significan en la FSM (sus partidarios) en cuanto a recomposición de poder, y dijeron: «a por este» . También creo que la vieja guardia del partido quería pasarme la factura de mi falta de apoyo a (José) Bono”, dice.

Contra Blanco, Simancas y Zapatero

A juicio de Balbás, la crisis de Madrid ha estado muy mal gestionada desde el principio. “Yo aconsejé a Blanco que no los expulsara (a Tamayo y Sáez), que era un suicidio político, y que tratara de reconvertirlo en 24 horas o 48 horas. Luego habría otras soluciones. Él protestaba «¡es que la Mesa!» a lo que yo respondí que podía hacerse una moción de censura de la Mesa de la Asamblea (si la situación se reconducía y los díscolos volvían al redil socialista). No había otra cosa que hacer si políticamente se había cometido un error: que Zapatero hablara con Tamayo y, en cambio, cerraron todas las puertas. Los expulsaron. No han buscado salidas políticas. Lo han llevado a querellas, a difamar a los hombres de negocios de Madrid, al sector inmobiliario, al que Simancas se atreve a tachar de delincuente, a Tamayo, corrupto, sin pruebas, y yo creo que desde el punto de vista judicial puede tener serias responsabilidades Rafael Simancas por estas infamias, calumnias e injurias”, dice, para arremeter de nuevo contra Simancas más adelante al afirmar: “Yo personalmente no le creo nada. Creo que trata de engañar y de no cumplir los acuerdos que tenía con Tamayo y su grupo. Y que desde luego ha sido entreguista totalmente con IU por la ambición de ser presidente como sea”.

Sin embargo, Balbás no se queda en Simancas y empieza a apuntar más alto, al destacar que la crisis ya ha salpicado a Blanco y a Zapatero. “La subida por elevación de una mala gestión de la crisis ha envuelto Zapatero. Yo estoy muy dolido por el trato personal hacia mí y mi familia y porque la apuesta por Zapatero ha sido la mayor apuesta política que he hecho en 28 años”, explica. Sin embargo, se muestra decepcionado con el secretario general del PSOE: “Desde el punto de vista electoral y de sumar, cohesionar el partido, yo creo que lo ha hecho muy mal, se ha portado mal con la gente que le fue leal en el congreso, que confió en él, en el cambio tranquilo. Nuestra corriente es la más moderada, incluso social-cristiana del partido, y nos vendió lo del cambio tranquilo. No comparto yo, ni mucha gente, el giro a la izquierda que ha tenido en los últimos cuatro meses, echándose en manos de los guerristas, en términos internos, así como de todo el sector izquierda, dejando abandonaba la corriente más moderada del partido”, concluye.

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