L D (EFE)
El director del instituto armado pronunció estas palabras durante su comparecencia ante la comisión de Justicia e Interior del Congreso, a petición del PNV y EA, para informar sobre la detención del director del diario "Egunkaria" y de diversas personas vinculadas al mismo, así como de las presuntas torturas recibidas por los detenidos hasta su paso ante la autoridad judicial. Según señaló Valdivielso, desde 1996 la Guardia Civil ha detenido a 210 presuntos miembros de ETA, de los que 72 han denunciado torturas, aunque no ha habido ninguna condena en este sentido, mientras que la Ertzaintza ha arrestado a 62 presuntos etarras y 48 ha denunciado torturas, siendo también negativo el resultado de las condenas.
Valdivielso indicó que los arrestados, al ingresar en el centro penitenciario de Soto del Real (Madrid), afirmaron que no padecían ninguna lesión y aseguró que, no obstante, si los funcionarios de la prisión hubieran apreciado lesiones lo hubieran puesto en conocimiento de los servicios médicos, "cosa que no se produjo". También destacó que las detenciones se produjeron por orden judicial e insistió en que a los arrestados "no se les torturó" y que las acusaciones carecen "de todo fundamento", cuestión que provocó que desde la subsecretaria de Interior se presentara una denuncia contra los detenidos en la Audiencia Nacional. "No ha habido torturas, ni malos tratos; la Guardia Civil lucha contra el terrorismo con el máximo respeto a las leyes y poner esto en duda, sin más, no habiendo la más mínima prueba, ni el más mínimo argumento, supone hacer el juego a quienes lo que pretenden con ello es socavar la fortaleza de la Guardia Civil o del resto de las fuerzas de seguridad", afirmó.
Margarita Uria, diputada del PNV, recordó las circunstancias en que se produjeron las detenciones, cuando se había cerrado el único periódico en euskera, lo que conmocionó, dijo, a la sociedad vasca y subrayó la presunción de inocencia que ampara a los detenidos. Argumentó que había solicitado esta comparecencia porque las acusaciones provenían de profesionales vinculados "a un medio de comunicación, con un cierto prestigio, con una cierta entidad", lo que, en su opinión, debería haber llevado a la Guardia Civil a una investigación interna sobre lo que ocurrió, argumento al que se sumó el socialista Victorino Mayoral. Begoña Lasagabaster, de Eusko Alkartasuna, dijo tener "la creencia" de que estas torturas se podrían haber producido en el periodo de incomunicación, consideró necesario "evitar espacios de impunidad" e hizo hincapié en la conveniencia de que "se contribuya a clarificar cualquier duda que pudiera existir".
Al replicar a las diputadas, López Valdivielso insistió en que desde que él ocupa la dirección de la Guardia Civil ha insistido en que se cumpla el respeto a las leyes y a los derechos de los detenidos y mostró su convicción en que los agentes del instituto armado saben que la institución es "inflexible y castigaría la más mínima desviación". También se refirió a un documento incautado a ETA en el que la organización terrorista señala cómo hay que actuar cuando uno de sus miembros es detenido y afirmó que "en esta ocasión ETA ha conseguido su objetivo" porque "esto es una campaña difamatoria, son falsas acusaciones de torturas y malos tratos que se producen cada vez que se desarrolla una operación contra el terrorismo y la violencia callejera". "Esto es un montaje y es un caso más de denuncias falso", concluyó López Valdivielso.
Valdivielso indicó que los arrestados, al ingresar en el centro penitenciario de Soto del Real (Madrid), afirmaron que no padecían ninguna lesión y aseguró que, no obstante, si los funcionarios de la prisión hubieran apreciado lesiones lo hubieran puesto en conocimiento de los servicios médicos, "cosa que no se produjo". También destacó que las detenciones se produjeron por orden judicial e insistió en que a los arrestados "no se les torturó" y que las acusaciones carecen "de todo fundamento", cuestión que provocó que desde la subsecretaria de Interior se presentara una denuncia contra los detenidos en la Audiencia Nacional. "No ha habido torturas, ni malos tratos; la Guardia Civil lucha contra el terrorismo con el máximo respeto a las leyes y poner esto en duda, sin más, no habiendo la más mínima prueba, ni el más mínimo argumento, supone hacer el juego a quienes lo que pretenden con ello es socavar la fortaleza de la Guardia Civil o del resto de las fuerzas de seguridad", afirmó.
Margarita Uria, diputada del PNV, recordó las circunstancias en que se produjeron las detenciones, cuando se había cerrado el único periódico en euskera, lo que conmocionó, dijo, a la sociedad vasca y subrayó la presunción de inocencia que ampara a los detenidos. Argumentó que había solicitado esta comparecencia porque las acusaciones provenían de profesionales vinculados "a un medio de comunicación, con un cierto prestigio, con una cierta entidad", lo que, en su opinión, debería haber llevado a la Guardia Civil a una investigación interna sobre lo que ocurrió, argumento al que se sumó el socialista Victorino Mayoral. Begoña Lasagabaster, de Eusko Alkartasuna, dijo tener "la creencia" de que estas torturas se podrían haber producido en el periodo de incomunicación, consideró necesario "evitar espacios de impunidad" e hizo hincapié en la conveniencia de que "se contribuya a clarificar cualquier duda que pudiera existir".
Al replicar a las diputadas, López Valdivielso insistió en que desde que él ocupa la dirección de la Guardia Civil ha insistido en que se cumpla el respeto a las leyes y a los derechos de los detenidos y mostró su convicción en que los agentes del instituto armado saben que la institución es "inflexible y castigaría la más mínima desviación". También se refirió a un documento incautado a ETA en el que la organización terrorista señala cómo hay que actuar cuando uno de sus miembros es detenido y afirmó que "en esta ocasión ETA ha conseguido su objetivo" porque "esto es una campaña difamatoria, son falsas acusaciones de torturas y malos tratos que se producen cada vez que se desarrolla una operación contra el terrorismo y la violencia callejera". "Esto es un montaje y es un caso más de denuncias falso", concluyó López Valdivielso.