L D (Agencias)
Los jóvenes han explicado este jueves que vuelven "indignados" y con la sensación de no haber conseguido su objetivo, y han anunciado su disolución como caravanas de la plataforma Escudos por el Pueblo Iraquí (EPI). Miki Renard, miembro de la expedición, ha declarado que la primera fricción con Bagdad se produjo a raíz del veto del Gobierno iraquí a la entrada de la segunda caravana de escudos humanos catalanes en el país. Según Renard, de los 12 miembros que la formaban, sólo dos consiguieron entrar en el país, por lo que "como integrantes de la misma caravana" ya se plantearon si tenían que abandonar Irak.
Miki Renard también ha lamentado que el Gobierno no les dejara permanecer donde querían, en hospitales y escuelas, y ha indicado que acabaron aceptando "los sitios propuestos por Bagdad". Renard ha explicado que "no había ninguna posibilidad de trabajar con la sociedad civil y el conflicto se alargaba, y al final todo desembocó en la marcha. Los pacifistas han recordado que iban "a apoyar al pueblo, no al régimen", y aunque han reconocido la "falta de sintonía con el Gobierno iraquí, han asegurado que no se han sentido utilizados políticamente. "Cuando han visto que no estábamos de acuerdo con sus planteamientos, nos han invitado a marchar, pero todo con mucha cordialidad" , explica Renard. La mayoría de los escudos humanos han regresado, si bien "tres miembros de la caravana, fruto de una decisión individual, han optado por quedarse".
En estos momentos, según ha explicado Renard, los pacifistas que permanecen en Irak lo hacen en tanto que observadores, no como escudos humanos. "Tenemos la sensación de que hemos estado a muy poco de parar la guerra, pero no ha podido ser" , ha reconocido Miki Renart. Sin embargo, asegura Renard, "el Gobierno iraquí tiene suficiente con la treintena de escudos que hay ahora en el país". Y es que, según los activistas, Irak se ha visto desbordado por el número de escudos humanos que ha llegado al país, unas 400 personas provenientes de 50 países.
Expulsada la corresponsal de La Razón
El malestar por la línea editorial de los peródicos españoles ha llegado a tal extremo que la enviada especial del periódico español “La Razón” en IraK, Teresa Boj, ha tenido que hacer las maletas y salir del país al no renovarle las autoridades iraquíes su permiso de residencia. Pero no sólo la línea editorial de “La Razón” ha creado problemas, puesto que los corresponsales de “El Mundo” y “Cadena Ser”, este más dudoso por el apoyo que brinda esta cadena al régimen de Sadam Husein, podrían verse dentro de unos días en la misma situación: sus permisos de residencia caducan este fin de semana y por el momento no han recibido ninguna notificación que les garantice su renovación.
Miki Renard también ha lamentado que el Gobierno no les dejara permanecer donde querían, en hospitales y escuelas, y ha indicado que acabaron aceptando "los sitios propuestos por Bagdad". Renard ha explicado que "no había ninguna posibilidad de trabajar con la sociedad civil y el conflicto se alargaba, y al final todo desembocó en la marcha. Los pacifistas han recordado que iban "a apoyar al pueblo, no al régimen", y aunque han reconocido la "falta de sintonía con el Gobierno iraquí, han asegurado que no se han sentido utilizados políticamente. "Cuando han visto que no estábamos de acuerdo con sus planteamientos, nos han invitado a marchar, pero todo con mucha cordialidad" , explica Renard. La mayoría de los escudos humanos han regresado, si bien "tres miembros de la caravana, fruto de una decisión individual, han optado por quedarse".
En estos momentos, según ha explicado Renard, los pacifistas que permanecen en Irak lo hacen en tanto que observadores, no como escudos humanos. "Tenemos la sensación de que hemos estado a muy poco de parar la guerra, pero no ha podido ser" , ha reconocido Miki Renart. Sin embargo, asegura Renard, "el Gobierno iraquí tiene suficiente con la treintena de escudos que hay ahora en el país". Y es que, según los activistas, Irak se ha visto desbordado por el número de escudos humanos que ha llegado al país, unas 400 personas provenientes de 50 países.
Expulsada la corresponsal de La Razón
El malestar por la línea editorial de los peródicos españoles ha llegado a tal extremo que la enviada especial del periódico español “La Razón” en IraK, Teresa Boj, ha tenido que hacer las maletas y salir del país al no renovarle las autoridades iraquíes su permiso de residencia. Pero no sólo la línea editorial de “La Razón” ha creado problemas, puesto que los corresponsales de “El Mundo” y “Cadena Ser”, este más dudoso por el apoyo que brinda esta cadena al régimen de Sadam Husein, podrían verse dentro de unos días en la misma situación: sus permisos de residencia caducan este fin de semana y por el momento no han recibido ninguna notificación que les garantice su renovación.

