(Libertad Digital)
El portavoz del PP en el Parlamento vasco, Leopoldo Barreda, pidió justo antes de la intervención de Arnaldo Otegi en el pleno de política general que se celebra en la Cámara vasca, que no se dejara intervenir al representante de Sozialista Abertzaleak porque el Tribunal Supremo impedía la participación del grupo abertzale en el auto de 18 de junio de 2003. Atutxa hizo lo esperado.
Con una frase poco afortunada, el portavoz del partido ilegalizado Batasuna, Arnaldo Otegi, resumió su satisfacción por el hecho de que se esté debatiendo un plan secesionista: "Nos alegramos de que hoy aquí se está levantando el acta de defunción del Estatuto de Guernica". Aunque djo no coincidir en los objetivos con el lehendakari, calificó el debate de "momento histórico" y de "novedad", después de tantos años "en el marco de la Constitución" y el Estatuto de Autonomía. Alternando en su intervención el castellano y el euskera defiendió por encima de todo el referéndum. Consideró que Ibarretxe se ha saltado "el dato político más importante del último año además del Prestige", la Justicia. En su estilo provocador explicó que "los cuatro territorios de nuestro país no reflejan la voluntad popular".
Tras calificar la legalidad española de "jurídicamente impresentable". Llegó el consejo al lehendakari: "es imposible hacer camino a la soberanía respetando la legalidad vigente". El colmo de su intervención fue cuando se refirió al escenario de ausencia de violencia. Otegi, una vez más, consideró que la violencia en el País Vasco no es exclusiva de ETA. No mencionó el nuevo perfil de Batasuna que ha dibujado con sus confesiones ante un juez, su compañero Xabier Alegría. Cada vez que Otegi quería llamar la atención, cambiaba el euskera por el castellano. Para acabar, nada mejor que una de las acostumbradas amenazas: "La izquierda abertzale tiene un puño de hierro y cada ataque va a recibir su respuesta".
Con una frase poco afortunada, el portavoz del partido ilegalizado Batasuna, Arnaldo Otegi, resumió su satisfacción por el hecho de que se esté debatiendo un plan secesionista: "Nos alegramos de que hoy aquí se está levantando el acta de defunción del Estatuto de Guernica". Aunque djo no coincidir en los objetivos con el lehendakari, calificó el debate de "momento histórico" y de "novedad", después de tantos años "en el marco de la Constitución" y el Estatuto de Autonomía. Alternando en su intervención el castellano y el euskera defiendió por encima de todo el referéndum. Consideró que Ibarretxe se ha saltado "el dato político más importante del último año además del Prestige", la Justicia. En su estilo provocador explicó que "los cuatro territorios de nuestro país no reflejan la voluntad popular".
Tras calificar la legalidad española de "jurídicamente impresentable". Llegó el consejo al lehendakari: "es imposible hacer camino a la soberanía respetando la legalidad vigente". El colmo de su intervención fue cuando se refirió al escenario de ausencia de violencia. Otegi, una vez más, consideró que la violencia en el País Vasco no es exclusiva de ETA. No mencionó el nuevo perfil de Batasuna que ha dibujado con sus confesiones ante un juez, su compañero Xabier Alegría. Cada vez que Otegi quería llamar la atención, cambiaba el euskera por el castellano. Para acabar, nada mejor que una de las acostumbradas amenazas: "La izquierda abertzale tiene un puño de hierro y cada ataque va a recibir su respuesta".
