Rajoy, en su peculiar estilo, aprovechó el Pleno para intentar desmontar la estrategia de los socialistas en lo que se refiere a la crisis de Irak. Para ello, dijo que los españoles tienen derecho a saber cuál es la postura del Gobierno en esta cuestión, pero también tienen derecho a conocer cuál es la del principal partido de la oposición. "Hay que dar la cara. Hay que debatir", dijo Rajoy. En alusión a la presencia de Zapatero en las manifestaciones, dijo que "en la calle basta con el eslogan, pero en el Parlamento hay que hacer otra cosa, hay que debatir, que para eso se es el líder de la oposición".
El vicepresidente primero también criticó el hecho de la votación secreta. Así, dijo que "la sociedad española tiene derecho a saber lo que votan los diputados de esta Cámara" y calificó de "miserias de la política" este hecho. Dijo que esta propuesta de votación secreta es "burda, ridícula y mezquina y encima la presenta a la opinión pública el señor Caldera que es lo que le faltaba al Grupo Popular". Mariano Rajoy rechazó la proposición sobre Irak defendida por la oposición y reclamó hasta en cinco ocasiones a Rodríguez Zapatero que definiese claramente su posición sobre la crisis de Irak, al entender que es importante que la opinión pública conozca la postura del Gobierno pero también la de la oposición.
Durante su intervención, que fue interrumpida en varias ocasiones por diputados de la oposición con gritos de "No a la guerra", recordó que el líder socialista ha anunciado que rechazaría en cualquier caso una intervención en Irak y le preguntó si consideraba que de esa forma Husein habría dado un solo paso para desarmarse. Tras señalar que junto con los dirigentes de Siria, Zapatero ha sido el único que ha adelantado su posición antes del debate en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU, el vicepresidente del Gobierno dijo que el líder del PSOE tiene la obligación de responder ante el Parlamento a las preguntas que le formulaba.
"¿Me llama mentiroso a mí usted?"
Respecto a la petición de voto secreto, el vicepresidente dijo que los ciudadanos tienen el derecho a saber qué votan los diputados y esa pretensión forma parte "de las pequeñas miserias" de la política y es algo "burdo, ridículo y mezquino". "Y lo presenta a la opinión pública el señor Caldera, que es lo que le faltaba al grupo popular", comentó irónicamente Rajoy entre aplausos de los diputados del PP y protestas desde los escaños socialistas.
El portavoz del PSOE en el Congreso, Jesús Caldera, volvió a intervenir para contestar a Rajoy, a quien calificó de "provocador" y "mentiroso", tras lo que el vicepresidente destacó implícitamente que un calificativo de ese tipo provenga de alguien a quien los dirigentes del PP han acusado de manipular un documento sobre el vertido del "Prestige". “¿Me llama mentiroso a mí usted?”. No hizo falta aclarar más.
Jesús Caldera pidió a los diputados que "sean libres" en la votación porque "no es la lealtad la que nos hace libres", sino que "es la libertad la que nos permite ser leales". Caldera aseguró que "no hay argumentos" posibles para "llevar al mundo a esta guerra", calificó la situación de "dramática" y pidió el voto "en conciencia" porque cada sufragio "tendrá consecuencias" y lo que suceda "caerá sobre nuestras conciencias".