Menú
CRÓNICA DEL 17-M EN PAMPLONA

¿SON ESTOS LOS FASCISTAS?, por Juan-Mariano de Goyeneche

(Libertad Digital - Juan Mariano de Goyeneche) Pamplona. Cuatro y media. Cielo nuboso. El sol se asoma a ratos, a ver si la manifestación ha empezado. Hace frío cuando sopla el viento. El color rojo, por todas partes: banderas de Navarra, de España, pegatinas, número especial de Época: Navarra no se rinde. La gente se concentra ya, haciendo honor al texto. Camino del punto de arranque, a algunos metros de la Plaza de Juan XXIII, Pilar Elías. 100.000 personas que creían que iban a animar a Pilar Elías son animados y alentados por Pilar Elías. Incombustible. Heroica.
 
Empieza la manifestación. Aún no estamos todos y ya la imagen es indescriptible. Gente de todas las edades. En el cordón de seguridad en torno a una de las pancartas, a los pocos minutos hemos acogido ya 6 carritos de bebé empujados por sus mamás.
 
En Avenida de Bayona un hombre despliega desde su ventana, provocador, una gran ikurriña. Gritos desde la multitud: "¡Esa bandera / no es de aquí!". Se levanta de nuevo el viento y le mete la ikurriña en casa. Él la saca, y el viento la mete de nuevo: toda la tarde, en lucha con la naturaleza. Metáfora inigualable de quien lleva toda la vida luchando contra la realidad: "¡Esa bandera / no es de aquí!".
 
Y con cada golpe de céfiro, un grito profundo que sale de la manifestación: "¡levantad las banderas!". Y decenas de miles de ellas, españolas y navarras, ondean a una peinando al viento. En una de esas, un exaltado se acerca a una de las vallas perimetrales y nos espeta "¡sois unos fasc...!". No llega a terminar la frase: otra vez el viento gira y una gran bandera de España le tapa la cara. ¡Hasta los elementos están con nosotros!
 
Por fin una manifestación con música festiva: jotas navarras, Libertad sin ira, Himno de Navarra...
 
Gritos y consignas de gente rota que lleva el nombre de sus muertos pintado en la frente, y que no se deja romper.
 
La megafonía es estupenda. Hasta se entiende el discurso. ¡Extraordinario, Miguel Sanz!
 
Aplausos. Ha terminado. Un montón de gente saludándonos y dándonos las gracias por la calle al vernos con las banderas y las camisetas. Aún no sabemos cifras. Pero estamos pletóricos. ¡Tanta gente! ¡Tanto cariño! Y en Pamplona: tan cerca de los malos.
 
Dos compañeras de manifestación, ya de retirada, se cruzan con la otra, organizada por el sindicato independentista LAB. Al principio, ellas ni se dan cuenta: son unos sosos, no llevan ni banderas, les parece una calle concurrida más. Pero ellas sí llevan la de España, y los separatistas se revuelven, las insultan, las escupen: sin duda, son "hombres de paz". La gente de la calle por la que entraban las defiende: "¡España! ¡España!".
 
María Jesús González, a veces también conocida como "la madre de Irene Villa", está feliz. Emocionada. Ha valido la pena. "Creen que nos vamos a cansar, ¡pero no nos conocen!"
 
"¡Sois basura!", nos grita un adolescente en bicicleta con todo el aspecto de vivir él entre la basura y no haberse enterado.
 
Pero nosotros somos más y mejores. Y lo que es más importante: ¡tenemos razón!
 
Canciones en el autobús. Canciones de niños cantadas por mayores. Tres generaciones de españoles juntos en el mismo habitáculo, felices, unidos por el amor común a España y a la libertad. Y son los más viejos los que inician las canciones y los que más alto cantan. Algunas no las conocemos los más jóvenes. Otras, "para ser conductor de primera..."
 
Alguien empieza a recitar a Gómez Manrique. Pronto nos pasamos a su sobrino, Jorge Manrique, más conocido por todos.
 
Un señor mayor inicia una canción y llama por el móvil para que la escuchen al otro lado y narrar de paso la manifestación. Se tapa con la mano al hablar para no molestar al resto. Al terminar, explica orgulloso, señalando al teléfono: "mi padre: 93 años".
 
A mi derecha, dos jovencitos, aprovechando la intimidad que proyecta la noche, se besan en sus asientos.
 
A mi izquierda, un señor relee un SMS, no puede más y me lo enseña: "abuelo, duerme". "De mi nieta de 8 años", me explica, entre orgulloso y emocionado.
 
¿Son estos los fascistas?
 
El abuelo, obedeciendo a su nieta, ya duerme. Estamos llegando. Ponemos el Himno Nacional. Aplausos. Despedidas. Todos se acercan a dar las gracias al conductor. "Gracias, Alfonso". Y gracias de todos a todos. "¡Hasta la próxima!" "¡Hasta la próxima!".
 
Corría el año 2007. 17 de marzo. Navarra: España.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal