L D (EFE)
En su intervención en la jornada preelectoral titulada "Una democracia para los ciudadanos", organizada en el Congreso por el grupo socialista, Rodríguez Zapatero insistió en la necesidad de que en España haya más democracia participativa y deliberativa, y para ello defendió una serie de medidas y de reformas que resumió en ocho capítulos diferenciados: legalidad internacional, acercamiento de los representantes a los representados, la recuperación del papel protagonista del Parlamento, una opinión pública libre y educada, el control de los poderes públicos por parte de los ciudadanos, la democracia paritaria, democracia europea, y organizaciones sociales.
Estas iniciativas son, según Zapatero, un elemento "esencial" del proyecto socialista y un compromiso con los ciudadanos. En defensa de sus propuestas, argumentó que, desde la política, hay que dar contenido a la demanda de los ciudadanos sobre la profundización democrática porque la etapa del PP, sobre todo esta última legislatura, ha supuesto un "frenazo". "Tratándose de un partido que hizo bandera de lo que llamó pomposamente regeneración democrática, constituye un serio fracaso cuando no una notable estafa al pueblo español", dijo. Tras destacar la "parálisis que introduce el PP en las instituciones democráticas", fue detallando las medidas propuestas por el PSOE, comenzando por la legalidad internacional "ante las grandes decisiones del mundo".
En este capítulo insistió en la importancia de someter esta legalidad al sistema de Naciones Unidas y advirtió de que un gobierno socialista nunca apoyará un conflicto armado en las mismas condiciones que se dieron en el de Irak. Entre las primeras medidas de su próximo gobierno, anunció que aprobará un proyecto de ley sobre la consulta al Parlamento en caso de participación de España en un conflicto o envío de tropas. Además, propuso que la futura Constitución europea incluya la renuncia de la UE al uso de la fuerza para resolver conflictos.
En el capítulo de acercamiento entre ciudadanos y políticos, abogó por la reforma electoral con un máximo consenso con el objetivo de mejorar los canales de comunicación y para ello apostó por desbloquear las listas electorales, reducir el gasto electoral, debates en los medios públicos y la elección directa de alcaldes. Otro eje en el que se basa estas reformas es el Parlamento, que debe recuperar su papel, según Zapatero, quien propuso para ello un estatuto de imparcialidad de la presidencia de la Cámara, el fortalecimiento del papel del diputado individual y una nueva metodología del debate parlamentario que acabe con "los monólogos".
Según el PSOE, el presidente del Gobierno deberá intervenir regularmente en debates sobre temas de actualidad e interpelaciones propuestas por la oposición y contestar a todos grupos. Tras reiterar la necesidad de una oficina presupuestaria en el Parlamento, defendió la presencia de los ciudadanos en el Congreso y Senado para argumentar sus peticiones en audiencias públicas y una flexibilidad en los requisitos para crear comisiones de investigación. En el apartado de la opinión pública, Zapatero detalló algunas medidas destinadas a cambiar el estatuto de RTVE, y en el capítulo del control de los poderes públicos por parte de los ciudadanos recalcó la importancia de reformar las leyes que regulan las incompatibilidades de miembros del Gobierno y parlamentarios.
Asimismo, afirmó que su partido diseñará una nueva reglamentación sobre publicidad institucional que prohíba los anuncios en períodos electorales. El PSOE hará además una modificación de la ley electoral para garantizar la paridad democrática y en el capítulo de democracia europea defenderá la celebración de un referéndum sobre la Constitución coincidiendo con las elecciones europeas de 2004. En cuanto a organizaciones sociales, realizará un nuevo diseño institucional que fortalezca los actuales consejos de participación. Rodríguez Zapatero resumió que se trata de extender la ciudadanía y sus derechos a espacios considerados hasta ahora solo privados y dijo que todo ello no es sino la "actualización de la vieja tradición del pensamiento del republicanismo".
Estas iniciativas son, según Zapatero, un elemento "esencial" del proyecto socialista y un compromiso con los ciudadanos. En defensa de sus propuestas, argumentó que, desde la política, hay que dar contenido a la demanda de los ciudadanos sobre la profundización democrática porque la etapa del PP, sobre todo esta última legislatura, ha supuesto un "frenazo". "Tratándose de un partido que hizo bandera de lo que llamó pomposamente regeneración democrática, constituye un serio fracaso cuando no una notable estafa al pueblo español", dijo. Tras destacar la "parálisis que introduce el PP en las instituciones democráticas", fue detallando las medidas propuestas por el PSOE, comenzando por la legalidad internacional "ante las grandes decisiones del mundo".
En este capítulo insistió en la importancia de someter esta legalidad al sistema de Naciones Unidas y advirtió de que un gobierno socialista nunca apoyará un conflicto armado en las mismas condiciones que se dieron en el de Irak. Entre las primeras medidas de su próximo gobierno, anunció que aprobará un proyecto de ley sobre la consulta al Parlamento en caso de participación de España en un conflicto o envío de tropas. Además, propuso que la futura Constitución europea incluya la renuncia de la UE al uso de la fuerza para resolver conflictos.
En el capítulo de acercamiento entre ciudadanos y políticos, abogó por la reforma electoral con un máximo consenso con el objetivo de mejorar los canales de comunicación y para ello apostó por desbloquear las listas electorales, reducir el gasto electoral, debates en los medios públicos y la elección directa de alcaldes. Otro eje en el que se basa estas reformas es el Parlamento, que debe recuperar su papel, según Zapatero, quien propuso para ello un estatuto de imparcialidad de la presidencia de la Cámara, el fortalecimiento del papel del diputado individual y una nueva metodología del debate parlamentario que acabe con "los monólogos".
Según el PSOE, el presidente del Gobierno deberá intervenir regularmente en debates sobre temas de actualidad e interpelaciones propuestas por la oposición y contestar a todos grupos. Tras reiterar la necesidad de una oficina presupuestaria en el Parlamento, defendió la presencia de los ciudadanos en el Congreso y Senado para argumentar sus peticiones en audiencias públicas y una flexibilidad en los requisitos para crear comisiones de investigación. En el apartado de la opinión pública, Zapatero detalló algunas medidas destinadas a cambiar el estatuto de RTVE, y en el capítulo del control de los poderes públicos por parte de los ciudadanos recalcó la importancia de reformar las leyes que regulan las incompatibilidades de miembros del Gobierno y parlamentarios.
Asimismo, afirmó que su partido diseñará una nueva reglamentación sobre publicidad institucional que prohíba los anuncios en períodos electorales. El PSOE hará además una modificación de la ley electoral para garantizar la paridad democrática y en el capítulo de democracia europea defenderá la celebración de un referéndum sobre la Constitución coincidiendo con las elecciones europeas de 2004. En cuanto a organizaciones sociales, realizará un nuevo diseño institucional que fortalezca los actuales consejos de participación. Rodríguez Zapatero resumió que se trata de extender la ciudadanía y sus derechos a espacios considerados hasta ahora solo privados y dijo que todo ello no es sino la "actualización de la vieja tradición del pensamiento del republicanismo".