En su larga carta semanal, el director de El Mundo vuelve a servirse de ese enigmático amigo común con el presidente que le habla, en una supuesta conversación telefónica, de lo que piensa Zapatero. Parece, en realidad, la transcripción de una conversación real mantenida con el jefe de Gobierno.
En el artículo, el "Jano bifronte" de Pedro J. confirma lo que este sábado adelantaba El País: que Zapatero no piensa irse. Se dice que lejos de tirar la toalla, "es un líder en perfecto orden de combate", listo para la "batalla del Pacífico de los próximos meses". Idea que viene reforzada por la caricatura de un Zapatero disfrazado de capitán de barco.
El presidente, según el relato del periodista, estaría dispuesto a abordar la tantas veces atrasada reforma de pensiones, a contener el déficit, a "impulsar la transformación de muchas de las Cajas en bancos" –"los resultados del último trimestre van a ser malos", afirma- y a reformar la negociación colectiva. El presidente, según cuenta el supuesto amigo de Pedro J., estaría dispuesto, incluso, a ampliar "al máximo la libertad de horarios comerciales". Cuando el director de El Mundo le espeta que se está convirtiendo en un "liberal radical", replica, con una argumentación muy propia del presidente, que "siempre ha defendido la libertad económica dentro de un Estado social".
Zapatero cree, al parecer, que en los próximos meses "nos jugamos mucho" aunque descarta que España termine necesitando un rescate. En este punto, el "amigo" de Zapatero revela que en mayo, cuando nuestro país estuvo en quiebra técnica, el Gobierno "tenía una especie de plan C que incluía pedir ayudas". Ahora estaría descartado porque "sería un estigma para España". "Podríamos aguantar" aunque el diferencial subiera, dice.
El "Jano" de Pedro J. dice que "nunca ha visto a Zapatero tan metido en su responsabilidad" y que incluso le miró "de aquella manera penetrante con la que miraba a veces Adolfo Suárez". Cita una frase del presidente que produce estupor y que dice mucho de la visión que tiene Zapatero de sí mismo: "Llegas a ser presidente y piensas que te tocará vivir cosas buenas y cosas malas, pero nunca te imaginas que te podrás jugar la suerte de tu país en unos meses. Cuando eso pasa te das cuenta de que no tienes más remedio que comportarte con grandeza política".
Al parecer, donde Zapatero ve "muy poca grandeza" es en el periodismo español y, ya entrando en el enigmático asunto de la candidatura de 2012, se cuenta de que "en ningún caso va a haber adelanto electoral porque "nos podría costar muy caro". No está preocupado Zapatero por las municipales, o al menos eso quiere hacer creer. El presidente del Estatut se hace ahora centralista: "Lo de menos es quién vaya a gobernar en Madrid o en Murcia. Entre otras cosas porque van a tener muy poco dinero para hacer cosas".
Respecto de la candidatura de su partido, se cuenta que, según Zapatero, todos nos estamos equivocando al interpretar su frase de que Sonsoles y "otro más del PSOE" conocen su decisión de ser o no cabeza de lista. Al parecer, el presidente sólo tiene "decidido cómo y cuándo decidirá". La nueva vuelta de tuerca llega tras una semana de comentarios y de que el debate haya terminado calando en las filas socialistas.
El "tapao" de Zapatero y su mujer sólo conocerían, según la versión del presidente, "los criterios con los que decidirá", que son, por este orden, "políticos, familiares y personales". Su intención con su tan comentada frase, intenta hacer creer, era "dejar claro que es dueño de sus actos".
El optimista Zapatero se ve a sí mismo capaz de salir airoso "de esta gran batalla que se avecina" y cree que si vuelve a ser candidato "sabrá recuperar la popularidad que tuvo". De Rubalcaba, ni hablar: el presidente, que cree que Pedro J. tiene "prejuicios" contra él, alega que sólo recurrió a él porque "en una época de fracturas e incertidumbres la gente busca fortaleza y experiencia"
Al término del retrato de un presidente que intenta vender que no es el "cadáver político" que todos ven ya en él, el "Jano" de Pedro J. llega a avanzar que Zapatero pretende acometer en la próxima legislatura "la reforma del Estado autonómico" con el fin de acabar con sus "ineficiencias" retomando el informe del Consejo de Estado sobre una reforma constitucional. Al parecer, su alusión a los cinco años de crisis que quedarían por delante la semana pasada en el Congreso era también una declaración de intenciones políticas.
