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Diana Molineaux

Cuba, tanto esfuerzo para nada

Los meses de negociaciones y componendas para conseguir un compromiso que consiga levantar parcialmente el embargo contra Cuba podrían quedarse en nada, y no solo por la resistencia que encontrará en el pleno de las dos cámaras del Congreso, sino porque incluso el propio Bill Clinton podría ejercer el derecho de veto presidencial.

Este viernes, Clinton dijo que la propuesta le parece "un gran error", aunque se "reserva el juicio" hasta ver si, efectivamente, tiene las restricciones anunciadas pues, a cambio del pequeño aumento que permitirá en las ventas a Cuba, el presidente tendrá las manos atadas en su política hacia la isla.

Irónicamente, son los demócratas, que tanto han luchado por reducir el embargo, los que más se oponen ahora a la ley y los que podrían hacerla fracasar en el Congreso primero, y en la Casa Blanca después, aunque por motivos distintos. Los congresistas, porque sigue siendo necesario obtener una licencia, porque las normas con Cuba son más restrictivas que con otros países y porque no se puede obtener financiación, ni pública ni privada, para las transacciones con Cuba. El presidente, porque perdería la autoridad de aplicar o eliminar las normas que impiden hacer turismo en Cuba pues no se puede gastar allí dinero sin un permiso especial del Departamento del Tesoro. Estas normas se convertirían en ley y tan solo las podría eliminar el Congreso, una limitación que Clinton ya tuvo que aceptar en la ley Helms Burton, que quita el embargo de las manos del presidente y lo pone en las de los legisladores.