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Duisemberg pide una subida de sueldo para sus eurofuncionarios del 38%. El euro ha perdido ya un 30% de su valor en dólares, así que ya sabemos hasta dónde cree Duisemberg que llegará la caída: entre el 35% y el 40%, sin IVA. Es cierto que podía haber pedido cobrar en dólares y el resultado económico sería el mismo, pero habrá considerado excesivo ese gesto de insolidaridad con la moneda de la que vive. Sin embargo, la desvergonzada petición del lanudo presidente del Banco Europeo tiene una virtud: nos recuerda que cobran por algo. Es el momento de adecuar sus honorarios al rendimiento de su negociado, que no es precisamente nuestro negocio.

Lo razonable es que Duisenberg cobre en función de su trabajo, que es el de procurar solidez monetaria a Europa. Y para ello, nada más fácil que fije su sueldo en relación con la cotización del euro. En estos momentos, lo que debería hacerse es rebajar el sueldo a los funcionarios de Duisenberg tanto como haya bajado la cotización de la moneda común. Cuando recuperara la paridad primitiva con el dólar recuperarían su nivel adquisitivo. Y si quieren mejorarlo, ya saben la fórmula: que suba el euro. Como se supone que cobran en esta divisa, automáticamente quedarían revisados y mejorados sus sueldos, que tampoco serán de hambre.

Cuando las recientes y estúpidas intervenciones de Duisemberg en favor de la moneda europea, que sólo sirvieron para gastar cientos de miles de millones en sostener artificialmente la cotización cuarenta y ocho horas, comentamos aquí que este caballero del que no se sabe nunca si está entrando o saliendo de una resaca debería pagar de su bolsillo y no del nuestro el desayuno con titulares que se ofreció a sí mismo. Nada, pues, de subidas de sueldo; en todo caso, bajadas... Ni un euro más para quienes hacen que cada día tengamos un euro menos.

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