Rodríguez Zapatero ganó por la mínima el liderazgo del PSOE. Llamazares ganó por la mínima el liderazgo de IU. Y el presidente de los Estados Unidos está a punto de imitar a las grandes fuerzas de la izquierda española: también será por pelos y por la mínima.
¿Qué quiere decir eso? Hay múltiples interpretaciones posibles: que a los votantes les importa un bledo uno u otro, o todo lo contrario, que provocan auténtica escisión en las sociedades en las que compiten. Que no terminan de diferenciarse demasiado en las ofertas que hacen a sus votantes, por eso de la globalización o del “centrismo progresista” que todos invocan. Que a los ciudadanos, al fin y al cabo, les viene a dar igual una cosa que la otra. También que ocho años del mismo menú-programa, aunque haya sido bueno, es suficiente y conviene cambiar de caballo, dando paso a la alternancia. Que no parece de actualidad el “más vale malo conocido que bueno por conocer”, y sí el “no hay mal que cien años dure”. Que, después de todo, un período por feliz que haya sido, termina pasando factura, aunque sea al siguiente en la línea de sucesión.
Seguro que Aznar ya ha sacado sus propias conclusiones. Y acaso también Rato.
Lecciones desde Florida
0
comentarios
Servicios
- Radarbot
- Curso
- Inversión
- Securitas
- Buena Vida
- Reloj Durcal