Menú
José Cavero

El calvario

“¿Te ha convencido?”, preguntaba una señoría a la otra al término de las cinco horas largas de interrogatorio al que habían sometido al ex secretario de Estado de Hacienda, Enrique Giménez Reyna. El preguntado torcía el bigote. “No demasiado, la verdad. No sé si logrará convencer a Teresa Palacios”, añadía, teniendo en cuenta que a este examen del martes seguirá otro más decisivo, una segunda prueba más crucial, este jueves que viene. Después de todo, ante sus señorías todo puede quedarse en convencer o no convencer, ganar a la opinión no perderla. Que ya es mucha. Pero ante la magistrada Palacios, “don Enrique el imputado” se juega el irse tras las rejas, con Camacho y su poco idolatrada hermana Pilar, a quien tanto debe... su actual vía crucis.

Eso sí, sus señorías estaban satisfechos porque, finalmente, alguien tenía muchas cosas que contar y las había contado; sin evitar el reconocimiento de muchos pecados de omisión, ingenuidad, ignorancia..., inaceptables en un alto cargo que, además, fue superjefe de los inspectores de Hacienda.

Servicios

  • Radarbot
  • Libro
  • Curso
  • Escultura